El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este jueves que Elon Musk probablemente dejará su administración en los próximos meses, lo que representa la señal más clara hasta ahora de que uno de los asesores más influyentes y polémicos de su gobierno está por concluir su labor en Washington.
Desde el Air Force One, Trump elogió a Musk, a quien calificó de “fantástico”, pero reconoció que el empresario “tiene varias empresas que dirigir”. “Quiero que se quede el mayor tiempo posible”, afirmó el mandatario. “Llegará un momento en que tendrá que irse”.
¿Qué es el DOGE?
Musk ha liderado el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una entidad creada por Trump para impulsar una profunda reestructuración del aparato federal. DOGE ha sido responsable de despidos, cancelación de contratos y reubicación de empleados en distintas agencias con el fin de reducir el gasto público.
DOGE nació como un comité asesor independiente, copresidido por Musk y el empresario biotecnológico Vivek Ramaswamy, quien abandonó el proyecto para postularse como gobernador de Ohio. Con el tiempo, DOGE fue absorbido por el gobierno federal y se convirtió en un instrumento directo de reforma bajo el ala de Musk.
Aunque inicialmente se preveía que DOGE operara hasta el 4 de julio de 2026, recientes movimientos dentro del gobierno apuntan a una clausura anticipada. Muchos de sus empleados ya han sido reasignados a otras dependencias, y se han iniciado despidos como parte del cumplimiento de los objetivos fiscales de la administración.
“En los próximos dos o tres meses creemos que estaremos bastante satisfechos con la gente que está trabajando duro”, dijo Trump la semana pasada, sugiriendo que el equipo de Musk ha logrado avanzar lo suficiente como para dejar la continuidad del trabajo en manos de los secretarios de gabinete.
La partida de Musk se produce también en medio de reveses políticos y empresariales. Esta semana, sufrió una derrota en Wisconsin, donde la candidata a la Corte Suprema estatal que respaldaba, Brad Schimel, fue derrotada por la liberal Susan Crawford, pese a una millonaria campaña financiada en parte con más de 21 millones de dólares de su propio bolsillo. Además, Tesla —la empresa automotriz que dirige— reportó una caída del 13 % en ventas durante el primer trimestre del año.
A pesar de su papel clave en la administración, Musk solo puede trabajar 130 días al año debido a su estatus como empleado especial del gobierno. Ese límite se alcanzaría el 30 de mayo, lo que refuerza la posibilidad de su salida inminente.
Musk no ha confirmado públicamente su retiro, aunque en una reciente entrevista declaró: “Creo que habremos completado la mayor parte del trabajo necesario para reducir el déficit en un billón de dólares dentro de ese plazo”. Sin embargo, analistas han cuestionado la veracidad de los datos presentados por DOGE, señalando que son exagerados e inexactos.
Aunque el presidente Trump ha sido conocido por sus rupturas abruptas con altos funcionarios, su relación con Musk ha sido notablemente estable. “Primero, me cae bien; segundo, está haciendo un gran trabajo. Tercero, es un patriota, por eso hace esto”, dijo el mandatario el jueves.
El eventual fin del capítulo de Musk en la Casa Blanca marcaría el inicio de una nueva etapa para la administración Trump, menos centrada en figuras disruptivas y más apoyada en estructuras tradicionales del poder federal. Pero el legado de DOGE, y de su arquitecto principal, podría seguir influyendo durante años en la manera en que se administra Washington.
Redacción de: Karen Rodríguez A.
