El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el lunes su intención de imponer aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá, argumentando que estos países no hacen lo suficiente para detener el flujo de inmigrantes y el tráfico de fentanilo hacia territorio estadounidense. Sin embargo, un análisis de los datos disponibles revela una realidad más compleja en torno a estos temas.
Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), el número de cruces ilegales en la frontera sur ha disminuido significativamente este año. En octubre de 2024 se registraron 56.530 arrestos, la cifra más baja en cuatro años. Esto contrasta con el récord de diciembre de 2023, cuando las detenciones alcanzaron un cuarto de millón. Expertos atribuyen la disminución a medidas más estrictas implementadas por México y nuevas políticas de asilo introducidas por el presidente Joe Biden.
A pesar de esta caída en los cruces ilegales, los republicanos cuestionan las cifras oficiales. Argumentan que el programa CBP One, que permite a unas 1.450 personas diarias ingresar legalmente al país mediante citas, reduce artificialmente las estadísticas al canalizar migrantes hacia rutas legales. No obstante, los cruces en la frontera norte, mucho menores que los de la frontera sur, no muestran un impacto similar.
Por otro lado, Trump ha relacionado la inmigración ilegal con el aumento de la delincuencia y el tráfico de drogas, en especial el fentanilo. Si bien México es una de las principales fuentes de esta sustancia, las estadísticas indican que el 86.4% de los traficantes arrestados en 2023 eran ciudadanos estadounidenses. Las incautaciones de fentanilo en la frontera han aumentado considerablemente, pasando de 1.154 kilos en 2019 a 12.247 kilos en 2023, un aumento que algunos atribuyen a mejores técnicas de detección.
En cuanto a la relación entre inmigración y criminalidad, los datos contradicen las declaraciones de Trump. Estudios realizados en Texas, el único estado que rastrea crímenes según el estatus migratorio, muestran que las tasas delictivas entre inmigrantes indocumentados son más bajas que entre ciudadanos estadounidenses. Informes nacionales también revelan que las ciudades con mayores flujos migratorios, como Nueva York, no han experimentado aumentos significativos en la criminalidad atribuibles a inmigrantes.
Además, el impacto económico de los aranceles propuestos podría ser considerable. México y Canadá representan casi el 30% del comercio total de Estados Unidos. La imposición de tarifas podría traducirse en mayores costos para los consumidores estadounidenses, afectando productos básicos como alimentos, automóviles y dispositivos electrónicos. La medida también podría desencadenar represalias comerciales, especialmente de China, lo que agravaría las tensiones económicas globales.
Redacción de: Karen Rodríguez A.