A partir de enero, Illinois se convertirá en el quinto estado de EE. UU. en prohibir el castigo corporal en todas las escuelas, una medida que busca proteger a los estudiantes de prácticas disciplinarias físicas que han sido criticadas por su impacto negativo en el bienestar infantil.
La legislación, firmada este mes por el gobernador JB Pritzker, extiende la prohibición del castigo físico, vigente en las escuelas públicas de Illinois desde hace 30 años, a las escuelas privadas del estado. Con esta nueva ley, Illinois se une a Nueva Jersey, Iowa, Maryland y Nueva York en la eliminación de los azotes, palizas y otros castigos físicos en todos los entornos escolares.
La representante estatal Margaret Croke, demócrata de Chicago, fue la promotora de esta iniciativa legislativa, inspirada por un llamado reciente de la Asociación Estadounidense de Pediatría para poner fin a la práctica. La asociación advirtió que el castigo corporal puede exacerbar problemas de conducta, afectar la salud mental y perjudicar el desarrollo cognitivo de los estudiantes, además de aplicarse de manera desproporcionada a varones negros y estudiantes con discapacidades.
“Era algo que teníamos que hacer. Ningún niño, sin importar si asiste a una escuela privada o pública, debería ser sometido a castigos corporales”, dijo Croke.
La nueva ley llega en un momento en que el debate sobre el castigo corporal ha resurgido en otros estados. En Missouri, el Distrito Escolar de Cassville restableció la práctica en 2021, tras haberla eliminado en 2001. Este tipo de medidas impulsó a Croke a dejar claro que en Illinois no se permitirá el uso de la fuerza física como método disciplinario.
¿Qué pasa en otros estados?
Aunque el castigo corporal sigue siendo legal en 17 estados de EE. UU., la Organización Mundial de la Salud y la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño han condenado la práctica como una violación de los derechos de los menores.
En Illinois, las principales organizaciones que representan a las escuelas privadas no se opusieron a la ley. Bob Gilligan, director ejecutivo de la Conferencia Católica de Illinois, afirmó que las escuelas bajo su supervisión ya no utilizan el castigo corporal, describiéndolo como una “práctica anacrónica”.
La ley no se aplicará a la educación en el hogar, y el debate legislativo también abordó la preocupación de que la prohibición pueda abrir la puerta a una mayor regulación estatal sobre las escuelas privadas, especialmente en temas como el currículo o las enseñanzas religiosas. Sin embargo, Croke enfatizó que la intención de la medida es simple: “mantener a los niños fuera de peligro”.
Redacción de: Karen Rodríguez A.