La coalición de la izquierda francesa que se unió para enfrentar a la extrema derecha en las elecciones legislativas ha ganado la mayoría de los escaños en el parlamento, pero no ha logrado obtener una mayoría absoluta, según las proyecciones de las encuestas del domingo. Este desenlace podría llevar al país a una crisis política y económica, generando inestabilidad justo antes de los Juegos Olímpicos de París.
Las proyecciones ubican a la alianza centrista del presidente Emmanuel Macron en segundo lugar, sin el control del parlamento, mientras que la extrema derecha de Marine Le Pen ha quedado en tercer lugar. La ausencia de un bloque con mayoría clara plantea un escenario incierto que podría afectar los mercados y la economía de Francia, la segunda más grande de la Unión Europea.
Unión rápida y resultado inesperado
La coalición de izquierda, galvanizada por la disolución del parlamento anunciada por Macron hace cuatro semanas, se unió rápidamente, dejando de lado sus diferencias. Aunque su alianza ganó la mayoría de los escaños, no alcanzó los 289 necesarios para una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.
Jean-Luc Mélenchon, líder destacado de la coalición de izquierda, instó a Macron a invitar a su grupo a formar gobierno, declarando que estaban “listos para gobernar”. Por otro lado, Jordan Bardella, protegido de Le Pen, expresó su descontento, lamentando que el resultado “arroje a Francia a los brazos de la extrema izquierda”.
El resultado es un duro golpe para Macron, quien esperaba que la disolución del parlamento y las elecciones anticipadas fortalecieran su alianza centrista. La decisión de Macron fue vista por muchos votantes como una oportunidad para expresar su descontento, beneficiando tanto a la extrema derecha como a la coalición de izquierda.
La inestabilidad prolongada podría influir en la guerra en Ucrania, la diplomacia global y la estabilidad económica de Europa. Con el primer ministro Gabriel Attal anunciando su dimisión, pero dispuesto a permanecer de forma interina durante los Juegos Olímpicos, el país se enfrenta a semanas de negociaciones para establecer un nuevo gobierno.
En un comunicado, Macron indicó que esperará los resultados finales antes de tomar decisiones, respetando “la elección soberana de los franceses”.
Francia, no acostumbrada a los gobiernos de coalición, se enfrenta a un territorio desconocido. La marcada polarización y la campaña electoral tórrida complicarán cualquier esfuerzo por construir una coalición. La posibilidad de una mayoría improvisada vulnerable a votos de censura aumenta la incertidumbre, poniendo a prueba la estabilidad política del país.
Redacción de: Karen Rodríguez A.