Alrededor de 13,7 millones de ciudadanos ecuatorianos fueron convocados el domingo, a participar de la primera vuelta de las elecciones generales en ese país. Los electores votaron para elegir al presidente, vicepresidente, 151 legisladores y 5 parlamentarios andinos.
Participaron de este proceso 16 binomios electorales, sin embargo, los institutos de encuestas consideraban apenas dos de ellos con reales posibilidades de victoria. El actual presidente, Daniel Noboa y la representante de la Revolución Ciudadana, Luisa Gonzáles.
A pesar de que algunas encuestadoras anunciaron la victoria a boca de urna de Noboa en primera vuelta, los números oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE), las desmintieron confirmando la necesidad de una segunda vuelta el próximo domingo, el 13 de abril.
Con más del 92 por ciento de los votos apurados, el CNE anunció que Noboa tenía el 44,28 por ciento, mientras que Gonzáles alcanzaba el 43,86 por ciento. La diferencia entre los candidatos era de poco menos de medio punto porcentual, en votos alrededor de 50 mil. Este pequeño margen entre ambos, hace prever una dura disputa en la segunda vuelta.
El contexto de estas elecciones
Analistas consultados, consideran que estos comicios enfrentaron a dos proyectos de poder antagónicos, por un lado el neoliberalismo apoyado por el poder económico y mediático, representado por el movimiento Acción Democrática Nacional (ADN) del actual presidente .
Por el otro lado, una economía social, apoyada por los sectores progresistas y que defiende el legado del ex presidente Rafael Correa, representado por la Revolución Ciudadana (RC) en alianza con la organización Renovación Total (RETO), de la candidata Luiza Gonzáles.
Aun cuando la jornada electoral, según las autoridades, se llevó a cabo con total normalidad, las circunstancias del país han sido de violencia y tensiones políticas. La mayor queja de los ciudadanos es la inseguridad, en uno de los países más peligrosos de la región.
Asimismo, los aqueja la situación económica en la que está sumido Ecuador, con un crecimiento estancado y un incremento del empleo informal. El país sufrió también, a fines del 2024, una crisis energética durante tres meses, con apagones diarios de hasta 14 horas.
Tras la confirmación de un balotaje, el próximo presidente o presidenta para el periodo 2025-2029, deberá lidiar con la polarización que vive el país y con la expectativa de los ecuatorianos de elegir a alguien que realmente piense y trabaje por el bien de su país.
Redacción de: J.Bendezu, LJI Reporte