El flujo de migrantes venezolanos atravesando la peligrosa jungla del Darién, en ruta hacia Estados Unidos, continúa siendo masivo, pese a la disminución general de migrantes en lo que va de 2024. A raíz de las elecciones de julio, en las que Nicolás Maduro fue declarado vencedor sin la publicación de las actas de votación, muchos venezolanos sienten una profunda decepción ante la falta de cambio en el poder, lo que ha motivado a miles a migrar en busca de un futuro mejor.
Entre los migrantes se encuentra Enrique Dordis, de 46 años, quien atravesó la selva con su familia tras la derrota del candidato opositor Edmundo González. “Nos quedamos esperando las elecciones con la esperanza de que, si salía Maduro, nos quedaríamos en Venezuela, pero no pasó nada”, comentó Dordis desde Lajas Blancas, una población panameña que funge como puerta de salida del Darién.
La travesía, que duró cuatro días, estuvo marcada por ríos caudalosos y fuertes lluvias. A pesar de los riesgos, los migrantes aseguran que las condiciones económicas y la falta de oportunidades en Venezuela hacen insostenible quedarse en el país. Rosimar Angulo, otra migrante venezolana, afirmó: “Cada vez está más difícil. Nuestros familiares se enferman y no hay medicinas ni dinero”.
Migración venezolana en el Darién
En 2023, los venezolanos representaron más del 60% de los más de 500.000 migrantes que cruzaron el Darién, pero este año las cifras han caído un 35%. Sin embargo, siguen siendo el grupo mayoritario, y las razones que mencionan son siempre las mismas: la grave crisis económica y política de Venezuela. Rosimar Angulo y otros migrantes entrevistados, expresaron que no creen en los resultados oficiales de las elecciones del 28 de julio, que dieron la victoria a Maduro, al que acusan de fraude. La situación política en Venezuela, tras la reelección de Maduro, ha dejado a muchos sin esperanzas de un cambio en el corto plazo.
Panamá, por su parte, ha dejado a los migrantes venezolanos fuera de su nueva estrategia de repatriación apoyada por Estados Unidos, debido a la ruptura de relaciones con Caracas y la crisis electoral en el país. Las autoridades panameñas, en coordinación con organizaciones internacionales, continúan brindando asistencia básica a los migrantes antes de que continúen su trayecto hacia Costa Rica y más allá.
La travesía por el Darién sigue siendo una de las más peligrosas, marcada por ríos traicioneros y grupos criminales. Rosa Pérez, otra venezolana, aún no sabe el paradero de un familiar que fue arrastrado por la corriente de un río durante el cruce. “La selva es lo peor que le puede pasar a un ser humano”, afirmó un migrante llamado Oswards Ruíz, quien aseguró haber presenciado la muerte de otras personas durante su viaje.
A medida que la situación en Venezuela se estanca, el Darién sigue siendo un corredor clave para quienes buscan una vida mejor en Estados Unidos, enfrentándose a innumerables peligros en el camino.
Redacción de: Karen Rodríguez A.