Ante la persistente sequía que enfrenta Bogotá, la capital colombiana, y que ha llevado a un racionamiento de agua sin resultados satisfactorios, las autoridades locales han decidido tomar medidas adicionales para incentivar un menor consumo entre los habitantes.
La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca informó que los embalses que abastecen a la ciudad se encuentran en su nivel más bajo en 40 años, con apenas un 15,8% de su capacidad. Esta situación ha llevado al alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, a anunciar medidas más estrictas para enfrentar la crisis.
Galán explicó que se impondrá un cargo adicional en la tarifa del servicio de agua para aquellos usuarios que consuman más de 22 metros cúbicos al mes, considerado un “exceso” en el consumo. Además, se aplicarán multas de hasta 180 dólares a quienes realicen acciones irresponsables, como lavar vehículos en la vía pública o arrojar desperdicios a los ríos de la ciudad.
El racionamiento, que afecta a más de ocho millones de personas en Bogotá y sus municipios aledaños, consiste en restricciones rotativas en el suministro de agua, con cada zona experimentando cortes durante un día cada mes. Aunque el objetivo es reducir el consumo de agua a 15 metros cúbicos por segundo, el domingo se reportó un consumo de 16 metros cúbicos por segundo durante la restricción.
¿Qué ha dicho el gobierno?
A nivel nacional, el gobierno no ha anunciado medidas de racionamiento de agua ni de cortes de energía. Sin embargo, el ministro de Minas y Energía, Omar Camacho, no descarta tomar medidas si los embalses no aumentan su nivel. Colombia no ha enfrentado un racionamiento de energía eléctrica desde 1992, en respuesta a una sequía provocada por el fenómeno de El Niño.
El gobierno sigue de cerca la situación y está atento a los pronósticos de lluvias para los próximos días, mientras que las autoridades locales instan a la ciudadanía a tomar conciencia y reducir su consumo de agua para hacer frente a esta emergencia.
Redacción de: Karen Rodríguez A.
