El aplazamiento de treinta días para la imposición de aranceles a Canadá, ha dejado un cierto optimismo en las autoridades canadienses, que esperan negociar con legisladores estadounidenses la eliminación completa de esta suerte de punición arancelaria.
En ese sentido, algunos ministros del gabinete se encuentran en la capital estadounidense para intentar convencer a sus pares de lo inconveniente de estas medidas para Canadá y que además, acabarían también perjudicando a empresas y pobladores de ese país.
Entre ellos, se encuentran los ministros de Industria, Francois-Philippe Champagne y de Defensa, Bill Blair, quienes consideran que las relaciones entre los dos países siempre han sido fraternas y han persistido en el tiempo y que es hora de esforzarse para protegerla.
Asimismo, el ministro de Energía y Recursos Naturales, Jonathan Wilkinson, está dialogando con representantes republicanos sobre la importancia del acuerdo entre ambos países en el campo energético. Wilkinson, cree que dependiendo del desenlace de las conversaciones será posible que se elimine la idea de imponer aranceles a los productos canadienses.
Cumplimiento de los acuerdos
Las autoridades canadienses están comprometidas con cumplir los acuerdos entre el presidente Donald Trump y el primer ministro Justin Trudeau y así evitar una guerra comercial que consideran innecesaria. Sin embargo, aseveran que el riesgo persiste.
A pesar de los esfuerzos del gobierno, las comunidades empresariales y laborales del país dicen que la incertidumbre permanece y que la persistente amenaza frena la inversión y causa inseguridad en el mercado. La pausa en los aranceles es un nimio consuelo, dicen.
Por otro lado, economistas de ambos lados de la frontera, sugieren que los aranceles propuestos por el mandatario estadounidense serían una estrategia para desasosegar a sus vecinos, antes de la revisión obligatoria del Acuerdo Canadá-Estados Unidos- México.
En un gesto de sinceridad y autocrítica el ministro Wilkinson, reconoció que hay una sensación creciente de que Canadá depende demasiado del comercio con Estados Unidos y eso podría convertirse en un punto de vulnerabilidad para el país. Añadió que el gobierno debe construir una infraestructura que le permita exportar más hacia otros mercados.
Redacción de: J.Bendezu, LJI Reporte