Canadá ha deportado a un número récord de personas en el último año, alcanzando su cifra anual más alta en aproximadamente una década. Según datos obtenidos por Reuters, entre el 1 de enero y el 19 de noviembre de 2024, el país expulsó a 7.300 personas, lo que representa un aumento del 8,4% respecto al total de 2023 y un incremento del 95% en comparación con 2022.
El gobierno de Justin Trudeau, en sus últimos días de mandato, ha buscado demostrar una postura más estricta respecto a la inmigración en medio de una creciente acumulación de solicitudes de refugio y preocupaciones por el impacto de la inmigración en la crisis de vivienda. La Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (CBSA) justificó el aumento de las deportaciones debido al incremento significativo en las solicitudes de asilo desde 2020.
Solicitantes de refugio, los más afectados
Los datos muestran que el 79% de los deportados en los primeros 11 meses de 2024 fueron personas cuyas solicitudes de refugio fueron rechazadas, en comparación con el 75% en 2023 y el 66% en 2022. Otro 11% de los expulsados incumplieron las condiciones de su estancia, como superar el tiempo permitido en su visa, mientras que un 7% fueron deportados por cometer delitos en Canadá o en otro país.
El aumento en las deportaciones ha generado preocupación entre abogados y defensores de los derechos de los refugiados. Aisling Bondy, presidenta de la Asociación Canadiense de Abogados de Refugiados, advirtió sobre la posibilidad de que personas sean deportadas mientras apelan sus casos, lo que podría exponerlas a persecución en sus países de origen. No obstante, la CBSA afirmó que solo ejecuta las deportaciones una vez agotadas todas las vías legales.
El gobierno canadiense ha destinado más recursos a la ejecución de deportaciones. Para los próximos tres años, se han asignado 30,5 millones de dólares canadienses (21,3 millones de dólares estadounidenses) para aumentar las expulsiones. En 2023-24, la CBSA gastó 65,8 millones de dólares canadienses en deportaciones, en comparación con los 56 millones del año anterior.
Al mismo tiempo, el gobierno ha prometido 1.300 millones de dólares canadienses para seguridad fronteriza, en un esfuerzo por apaciguar al presidente estadounidense Donald Trump, quien ha amenazado con imponer aranceles a las importaciones canadienses.
Canadá también busca reducir el número de inmigrantes temporales y permanentes. Se espera que más de 1,2 millones de residentes temporales, incluidos trabajadores y estudiantes, abandonen el país en 2025, y otros 1,1 millones el año siguiente. El ministro de Inmigración, Marc Miller, aseguró que quienes no salgan voluntariamente enfrentarán la deportación tras el debido proceso.
Redacción de: Karen Rodríguez A.