En el gigante latinoamericano, se realizaron manifestaciones en todo el país por el Día Internacional de los Trabajadores. Los operarios y sus familias llenaron las calles de las grandes ciudades para reclamar por sus derechos, así como, contra el hambre y el desempleo. Como punto en común, la salida del mandatario Jair Bolsonaro.
En la ciudad más grande del país, São Paulo, marcharon unidas varias centrales sindicales, entre ellas, la Central Única de los Trabajadores, la Fuerza Sindical, la Central de Trabajadores y Trabajadoras de Brasil, la Central Intersindical de la Clase Obrera, la Central Pública del Servidor y la Unión General de los Trabajadores.
Fueron millares de personas, quienes desde temprano ocuparon las calles del país. Tras dos años sin poder manifestarse por la pandemia, los trabajadores salieron en masa. Participaron además de las centrales sindicales, los movimientos populares, trabajadores formales e informales y un gran número de desempleados.
La mayoría se mostraba descontenta por los rumbos que sigue el país con el actual gobierno, la insatisfacción es generada por las consecuencias de la política económica adoptada por el presidente Jair Bolsonaro y por sus posturas antidemocráticas que empobrecen cada vez más a la clase trabajadora.
Políticos de partidos progresistas participaron de las manifestaciones, el destaque fue para el fundador y líder histórico del Partido de los Trabajadores, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Dijo Lula, que los obreros volverán a participar de los rumbos del país, aludiendo a las elecciones generales de octubre de este año.
En Brasilia, hubo palabras de esperanza en un país con empleo, renta y comida en el plato. En Río de Janeiro, los participantes defendieron la agenda de la clase operaria, y la lucha por conquistar una vida digna. Se podían apreciar carteles que criticaban la actual política ambiental y también se leía “no más hambre y corrupción”.
Redacción de: J.Bendezu, LJI Reporter