El lunes, una ola de ataques aéreos israelíes sobre el Líbano causó la muerte de 492 personas, incluidos 35 niños y 58 mujeres, y dejó 1.645 heridos, en lo que ha sido el día más letal desde la guerra entre Israel y Hezbolá en 2006. Las autoridades libanesas confirmaron las cifras, mientras miles de ciudadanos huían del sur y el este del país. La carretera principal desde Sidón, en el sur del Líbano, hacia Beirut quedó colapsada por el mayor éxodo desde 2006, en un esfuerzo desesperado por escapar de la intensificación del conflicto.
El ejército israelí ha advertido a los residentes del sur de Líbano que evacuen sus hogares, mientras amplía su ofensiva contra Hezbolá. En un mensaje grabado dirigido a la población libanesa, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, instó a tomar en serio las advertencias y abandonar las zonas de peligro.
El ejército israelí, encabezado por el contralmirante Daniel Hagari, informó que los ataques aéreos del lunes lograron asestar un fuerte golpe a Hezbolá, destruyendo alrededor de 1.300 objetivos, incluidos misiles de corto y largo alcance, drones y armamento oculto en áreas residenciales. Sin embargo, Hagari no proporcionó un cronograma claro para la operación, aunque advirtió que Israel está preparado para lanzar una invasión terrestre si es necesario.
Los ataques del lunes también se extendieron al barrio de Beir al-Abed, en el sur de Beirut, donde tres misiles impactaron y dejaron al menos seis heridos, según informaron medios locales. La zona fue acordonada por las fuerzas de seguridad, impidiendo el acceso de periodistas.
Hezbolá, por su parte, respondió con una serie de ataques, disparando decenas de cohetes hacia Israel, incluyendo objetivos militares y bases estratégicas. Entre estos, se encuentra la empresa de defensa Rafael en Haifa, blanco de Hezbolá por segundo día consecutivo. Israel afirma que Hezbolá ha lanzado más de 250 cohetes solo el lunes, en el contexto de una ofensiva más amplia que comenzó en octubre.
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Infraestructura dañada y crisis humanitaria en el Líbano
El ministro de Salud libanés, Firass Abiad, confirmó que los ataques israelíes han afectado hospitales, centros médicos y ambulancias, lo que agrava la crisis humanitaria en el país. El gobierno libanés ha ordenado el cierre de escuelas y universidades y está habilitando refugios para los miles de desplazados que huyen de las zonas afectadas. La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la situación, mientras la tensión sigue aumentando.
El saldo mortal del lunes supera la cifra de fallecidos de la explosión en el puerto de Beirut en 2020, en la que murieron 218 personas. La magnitud de los ataques ha dejado al sistema de salud libanés al borde del colapso, y las autoridades han solicitado a los hospitales posponer intervenciones quirúrgicas no urgentes para hacer frente a la creciente emergencia.
En medio de este contexto, Israel ha acusado a Hezbolá de transformar comunidades enteras del sur del Líbano en bases militares, escondiendo lanzacohetes y armas entre los civiles. Esta situación ha complicado los esfuerzos de desescalada y ha aumentado la presión para que Israel continúe su campaña de bombardeos.
Reacciones internacionales y esfuerzos diplomáticos
La administración de Estados Unidos ha expresado su preocupación por el aumento de las hostilidades entre Israel y Hezbolá. La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, declaró que lograr un alto el fuego en Gaza es crucial para aliviar las tensiones en toda la región. El presidente Joe Biden se encuentra en Nueva York, donde pronunciará un discurso ante la Asamblea General de la ONU el martes, donde se espera que aborde la crisis.
A medida que la situación empeora, las esperanzas de un alto el fuego entre Israel y Hamás parecen cada vez más lejanas, complicando cualquier intento de frenar el conflicto en el Líbano. Mientras tanto, las comunidades en ambos lados de la frontera han quedado desiertas debido a los bombardeos y ataques casi diarios.
Redacción de: Karen Rodríguez A.