El conflicto entre Argentina y Paraguay, derivado del uso de la hidrovía y agravado por el uso de la energía producida en Yacyretá, sumó un nuevo capítulo con la posibilidad de que el Gobierno de Alberto Fernández suspenda la exportación de gas licuado de petróleo (GLP).
La medida estaba en estudio en la Secretaría de Energía, organismo dependiente del Ministerio de Economía argentino. En medio del análisis de esta posibilidad, decenas de camiones cisterna cargados con GLP fueron retenidos por la Aduana argentina desde el sábado 16 de septiembre en las cercanías de la ciudad de Clorinda, fronteriza con Paraguay.
Tras ello, el jueves 21 de septiembre, el cónsul paraguayo, Pedro Krauer, afirmó que había una “orden verbal” de detener las exportaciones. “No tenemos ni siquiera una nota de quién dio la orden. Todo esto depende de una llamada. Esto se manejó de manera verbal desde el inicio. Estamos esperando una autorización verbal”, afirmó.
Pese a su reclamo, durante el transcurso de la semana pasada, los camiones con GLP fueron liberados y comenzaron a cruzar el río Paraguay en balsas. En total, entre el jueves y el sábado 23 de septiembre pudieron llegar a territorio paraguayo 29 vehículos.
La disputa entre ambos países tuvo como uno de sus principales eslabones el cobro por parte de Argentina de un peaje para transitar por la hidrovía Paraná-Paraguay. Se trata de un corredor natural de transporte fluvial de más de 3.400 kilómetros de largo, que se extiende a través de los ríos Paraná y Paraguay, y permite la navegación continua entre puertos de Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay.
En respuesta, el presidente de Paraguay, Santiago Peña, anunció su intención de presentar una demanda ante los tribunales del Mercosur, ya que consideró que Argentina incumplía el Tratado de Asunción, que establece la libre navegación en esa ruta. “Tenemos la obligación de defender al Estado paraguayo y los intereses de todos los paraguayos”, explicó.
La disputa continuó por el uso de la central hidroeléctrica de Yacyretá, ya que Paraguay anunció su decisión de utilizar el 50% de la energía que genera, cuando solamente empleaba entre el 10 y 15% y lo restante se lo cedía a Argentina. Ahora, en cambio, se lo venderá a Brasil.
Según explicó el Gobierno de Paraguay, la medida obedece a una deuda de casi 100 millones de dólares que mantiene Argentina. No obstante, el pasado viernes 22 de septiembre, el vicepresidente paraguayo, Pedro Alliana, anunció un compromiso para comenzar a saldar la deuda.
Redacción de: Karen Rodríguez