Defraudados por los militares, hay brasileños que dejaron de mirar a los cuarteles y apuntan ahora su vista al cielo. Encienden las luces de sus teléfonos móviles y los colocan sobre sus cabezas para generar señales de SOS: confían en que serán captadas por extraterrestres que descenderán a la Tierra e impedirán que Luiz Inácio Lula da Silva asuma el 1 de enero la presidencia.
Parece una broma, sin embargo, forma parte de la conversación de estos días en la primera economía de América Latina. Folha de São Paulo apostó por la ironía para abordar el asunto: “Sólo la revelación de que Douglas Adams -autor de la serie literaria de ciencia ficción y humor La guía del mochilero de las galaxias– se ha hecho cargo del guión de Brasil explicaría algunos episodios recientes”.
Es probable, que el propio Adams no se atreviera a tanto. A partir del muy ajustado 50,9 por ciento contra 49,1 de Lula sobre Jair Bolsonaro en el balotaje del 30 de octubre, Brasil ofrece una sucesión de historias que no pasarían la criba para un guión de películas clase Z.
Un ejemplo: los dioses están trabajando en un cambio de almas para que Bolsonaro siga gobernando, pero en el cuerpo de Lula. Otro ejemplo: Lula ha sido reemplazado por un clon.
Aunque el que más ha llamado la atención por lo excéntrico ha quedado registrado en un video que muestra a decenas de manifestantes reunidos frente al Comando Militar del Sur, en el Centro Histórico de Porto Alegre. Se colocan en círculo, alrededor de un cartel luminoso fijado en el suelo que contiene la palabra “SOS”, una llamada de auxilio. Todos sostienen sus teléfonos móviles sobre sus cabezas y hacen brillar la luz de la pantalla o la linterna hacia el cielo. Piden ayuda a gritos a los extraterrestres para que lula Da Silva no se posesione como presidente de Brasil.