Los combatientes ucranianos resistieron el jueves en los túneles debajo de la planta de acero pulverizado de Mariupol a las tropas rusas, en un esfuerzo cada vez más desesperado y tal vez condenado al fracaso para negarle a Moscú lo que sería hasta ahora su mayor éxito de la guerra: la captura total de la estratégica ciudad portuaria.
La cruenta batalla se produjo en medio de crecientes especulaciones de que el presidente Vladimir Putin quiere presentar ante el pueblo ruso un triunfo en el campo de batalla o anunciar una escalada de la guerra para el Día de la Victoria el lunes, la fiesta patriótica más grande del calendario ruso, que marca el triunfo de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi.
Unos 2.000 combatientes ucranianos, según la estimación más reciente de Rusia, se refugiaron en la extensa acería Azovstal de Mariupol, el último foco de resistencia de una ciudad reducida en gran medida a escombros en los últimos dos meses. Igualmente se considera que unos cientos de civiles estaban atrapados allí.
El capitán Sviatoslav Palamar, subcomandante del regimiento, comentó a la televisión ucraniana que las tropas rusas estaban dentro de la planta por tercer día y se enfrentaban a una feroz resistencia. “Se están produciendo fuertes combates” dijo.
Según Anton Gerashchenko, los rusos lograron entrar con la ayuda de un electricista que conocía el diseño, “Les mostró los túneles subterráneos que conducen a la fábrica. Ayer, los rusos empezaron a asaltar estos túneles, utilizando la información que recibieron del traidor”.