Un nuevo estudio científico ha revelado que la exposición a un químico común en productos plásticos, los “ftalatos”, podría haber contribuido a más del 10% de las muertes por enfermedades cardíacas en adultos de entre 55 y 64 años en todo el mundo en 2018. La investigación, publicada en la revista eBiomedicine, pone de relieve una amenaza silenciosa presente en objetos cotidianos como recipientes de comida, cosméticos, juguetes infantiles y envases de alimentos.
La sustancia química en cuestión, el di(2-etilhexil)ftalato o DEHP, pertenece a un grupo de compuestos sintéticos conocidos por su capacidad de hacer los plásticos más flexibles y duraderos. Sin embargo, su uso masivo ha levantado serias preocupaciones sanitarias. En Canadá, como en muchas otras naciones industrializadas, estos compuestos están presentes en miles de artículos domésticos, desde cortinas de baño hasta tubos médicos, suelos de vinilo, perfumes y detergentes.
Según los autores del estudio, el DEHP podría estar influyendo directamente en la salud cardiovascular. “Los ftalatos contribuyen a la inflamación en las arterias coronarias, lo que puede acelerar enfermedades cardíacas y provocar muertes súbitas”, explicó el Dr. Leonardo Trasande, autor principal del informe y profesor de salud pública en la Universidad de Nueva York.
Impacto global y advertencia para Canadá
El análisis estimó que 368.764 muertes en 2018 entre personas de 55 a 64 años estuvieron vinculadas a la exposición al DEHP, lo que representa una carga sanitaria global significativa. Regiones como África y Asia oriental encabezaron la lista en términos de mortalidad, pero los riesgos también son relevantes para países como Canadá, donde el uso generalizado de productos procesados, plásticos y cosméticos con fragancia puede aumentar la exposición.
Organizaciones canadienses como Environmental Defence han advertido previamente sobre la falta de etiquetado claro y la escasa regulación de muchos productos que contienen ftalatos en el mercado nacional. A pesar de ciertos límites establecidos por Health Canada para productos infantiles, los ftalatos siguen siendo legales en muchos usos cotidianos.
¿Qué podemos hacer?
Aunque el problema es de escala global, los expertos insisten en que hay medidas individuales que pueden reducir la exposición. Entre las recomendaciones más relevantes:
- Evitar plásticos etiquetados con los números 3, 6 o 7.
- No calentar alimentos en recipientes plásticos, ni ponerlos en el lavavajillas.
- Optar por productos sin fragancia: lociones, limpiadores y detergentes.
- Utilizar envases de vidrio, cerámica o acero inoxidable para almacenar alimentos.
- Preferir alimentos frescos o congelados a los enlatados o muy procesados.
Además, organizaciones de defensa del consumidor en Canadá han reiterado la importancia de exigir mayor transparencia en el etiquetado y una revisión más estricta de las sustancias químicas permitidas en productos de uso diario.
Redacción de: Karen Rodríguez A.