En la segunda vuelta de las elecciones municipales de Brasil, celebrada en 51 ciudades, los candidatos de la derecha lograron victorias decisivas en ciudades clave, mientras que el Partido de los Trabajadores (PT) de Luiz Inácio Lula da Silva recuperó terreno en el noreste del país. El actual alcalde de São Paulo, Ricardo Nunes, logró la reelección con un 59% de los votos frente al 40% de su oponente, el izquierdista Guilherme Boulos, consolidando así la posición de la derecha en la ciudad más grande de Brasil y de Sudamérica.
La victoria de Nunes, apoyado por el expresidente Jair Bolsonaro y el gobernador paulista Tarcísio de Freitas, reafirma el dominio de la derecha en un bastión electoral crucial. La contienda estuvo marcada por las tensiones políticas y los episodios de desinformación, incluidos comentarios de Tarcísio de Freitas sobre supuestos vínculos de bandas criminales con la campaña de Boulos, acusación que fue desmentida por las autoridades electorales.
En Porto Alegre, Sebastião Melo también fue reelegido con un amplio 61,55% de los votos frente a la candidata del PT, Maria do Rosário Nunes, en una elección marcada por la reciente crisis de inundaciones en la ciudad. La victoria de Melo en esta importante capital del sur refleja el avance de la derecha en una región donde el PT solía tener una sólida base de apoyo.
¿Qué pasó con la izquierda?
El PT obtuvo un importante triunfo en Fortaleza, capital de Ceará y uno de los mayores centros urbanos del noreste. Evandro Leitão, candidato del PT, venció al aspirante de la derecha con el 50,38% de los votos, asegurando que el partido de Lula retome una capital después de casi siete años sin ganar en una de las principales ciudades del país.
En el contexto nacional, la presidenta del Tribunal Superior Electoral, Cármen Lúcia, aseguró que la jornada electoral transcurrió sin mayores inconvenientes y destacó la labor de la Policía Federal, que detuvo a varias personas por delitos electorales menores. A pesar de algunos incidentes, las elecciones se llevaron a cabo con normalidad en todo el país.
La participación en la segunda vuelta fue relativamente baja, con una abstención del 34,82% en varias ciudades, incluido Porto Alegre. No obstante, casi 34 millones de brasileños estaban habilitados para votar en esta ronda de comicios locales.
Estos resultados representan un desafío para el gobierno de Lula, quien, aunque mantiene el apoyo en el noreste, enfrenta un avance de la derecha en varias regiones estratégicas de Brasil. Con las elecciones presidenciales de 2026 en el horizonte, los partidos de ambos espectros políticos analizarán estas tendencias y sus posibles implicancias para las próximas contiendas nacionales.
Redacción de: Karen Rodríguez A.