El sur de México se vio sacudido por violentas protestas, cuando manifestantes incendiaron el edificio del gobierno estatal y quemaron al menos una docena de vehículos en Chilpancingo, capital del estado de Guerrero.
Los manifestantes exigen respuestas sobre el caso de 43 estudiantes de una escuela normal rural que desaparecieron en 2014, un caso que ha conmocionado al país. En marzo, otro estudiante de la misma escuela murió en un enfrentamiento con la policía, intensificando la indignación de la comunidad.
El gobierno de Guerrero lamentó y condenó los hechos violentos, anunciando la dimisión del secretario del Interior estatal y la apertura de investigaciones sobre la muerte del estudiante en marzo.
Imágenes de las protestas mostraron el caos en las calles, con vehículos en llamas y el edificio gubernamental siendo saqueado. Los manifestantes, aliados con la escuela normal de Ayotzinapa, son conocidos por sus acciones radicales, incluyendo el secuestro de autobuses y camiones.
Impunidad y corrupción
El caso de los 43 estudiantes desaparecidos ha sido un símbolo de la impunidad y la corrupción en México. En 2014, fueron atacados por policías locales y entregados a una banda criminal, desencadenando una búsqueda desesperada que hasta ahora ha dado pocos resultados.
A pesar de los esfuerzos del gobierno por encubrir el caso, una comisión de la verdad concluyó que hubo una conspiración entre autoridades y criminales para cometer el “crimen estatal”. Las escuelas normales rurales en México, con fondos insuficientes, han sido históricamente focos de protestas violentas en medio de una lucha por la justicia y la rendición de cuentas.
Redacción de: Karen Rodríguez A.