Tilt Cove, una pequeña localidad ubicada en la península de Baie Verte en Terranova, conocida como “el pueblo más pequeño de Canadá”, quedará oficialmente deshabitado en los próximos meses. Esta comunidad, que alguna vez fue un centro minero en auge, ha visto reducirse su población de cientos de residentes a apenas cuatro personas, quienes acordaron reubicarse a principios de este año.
La mina de cobre que dio origen a Tilt Cove inició operaciones en 1864 y funcionó de forma intermitente hasta su cierre definitivo en 1967. En su último año de plena actividad, la comunidad albergaba a más de 400 personas. Tras el cierre de la mina, la población fue disminuyendo paulatinamente, con apenas 17 residentes en 1991.
Un entorno pintoresco y casi deshabitado
Tilt Cove se encuentra a unos 340 kilómetros al noroeste de St. John’s. La comunidad se extiende alrededor de un pequeño lago circular, rodeado de colinas rocosas y con acceso al océano Atlántico. Uno de sus símbolos más conocidos es el letrero a la entrada del pueblo que proclama: “Tilt Cove: El pueblo más pequeño de Canadá. Población: 4 habitantes”.
En 2023, los residentes restantes votaron de forma unánime a favor de acogerse al programa de reubicación comunitaria del gobierno de Terranova y Labrador. Esta política ofrece compensaciones económicas de entre 250.000 y 270.000 dólares a los propietarios que acepten trasladarse. La reubicación oficial se fijó para el 31 de marzo de 2025, aunque las autoridades han otorgado un periodo de gracia mientras se completan los preparativos para sus nuevas viviendas.
El Departamento de Asuntos Municipales indicó que aún se negocia la fecha definitiva para el corte de electricidad y otros servicios públicos en la localidad.
Aunque Tilt Cove pronto dejará de estar habitada, su memoria permanece viva en quienes crecieron allí. En décadas pasadas, la comunidad contó con instalaciones recreativas como pista de curling, centro comunitario y una vida social activa alrededor de celebraciones y eventos familiares.
Hoy en día, muchas de las antiguas casas están en ruinas, pero antiguos residentes y sus familias planean regresar este verano para una reunión conmemorativa. A pesar del deterioro físico del lugar, Tilt Cove sigue siendo un símbolo del espíritu comunitario que floreció en torno a una industria minera y que, con el tiempo, se convirtió en historia.
El cierre definitivo de Tilt Cove representa el final de un capítulo en la historia de las comunidades mineras de Canadá. Lo que alguna vez fue un pueblo vibrante con familias y niños, pronto pasará a ser un lugar deshabitado, aunque nunca olvidado por quienes lo llamaron hogar.
Redacción de: Karen Rodríguez A.