Este martes fue interrumpido El Concejo Municipal por protestas, que se desarrollaron después de que un concejal que enfrentaba pedidos generalizados de renuncia dada su participación en un caso de racismo volviera desafiante a la cámara y tomara su puesto.
El regreso del concejal Kevin de León condujo a otros miembros del consejo a irse en medio de gritos y cánticos de grupos rivales en la audiencia. Por su parte, el presidente del consejo, Paul Krekorian, ordenó un receso en medio del estallido.
León es el único concejal involucrado en el escándalo que aún se rehusa a renunciar pese a los llamados del presidente Joe Biden, además continúa cobrando su salario anual de casi $229,000, uno de los pagos más lucrativos para los concejales de la nación.
En la manifestación, las personas usaron pancartas y carteles, gritando en la audiencia durante toda la reunión. En medio de un período de comentarios públicos, la mayoría de los que hablaron denunciaron a León como racista y exigieron su renuncia al cargo, sin embargo, algunas personas que estaban a su favor lo defendieron, destacando su trabajo en el distrito, que incluye el centro de Los Ángeles y el vecindario de Boyle Heights, donde la mayoría de sus residentes son latinos.
Dadas las constantes interrupciones de los manifestantes gritando blasfemias, personal de la ciudad pidiendo calma y la policía desalojando a algunos manifestantes que se negaron a repetir las órdenes, la reunión bien pudo haberse comparado con el Teatro del Absurdo.
El escándalo salió a flote por la grabación de una reunión en la que participaron León, el líder laboral Ron Herrera , la entonces presidenta del consejo Nury Martínez, y el entonces concejal Gil Cedillo. Dicha grabación se filtró y podía escuchar algunos comentarios crudos y racistas.
Cabe aclarar que todos estos demócratas son latinos, y conspiraron para expandir su poder político a expensas de los votantes negros en medio una realineación de los límites del distrito del consejo.
