El domingo 4 de febrero se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en el Salvador, fue una jornada tranquila según los medios de prensa, sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral (TSE), enfrentó dificultades a la hora de contabilizar los votos y no pudo entregar los resultados oficiales en el tiempo previsto, ante la angustia de muchos salvadoreños.
Este proceso electoral se llevó a cabo en medio de acusaciones acerca de su legalidad, una vez que la Constitución de ese país prohíbe expresamente que un presidente ejerza dos mandatos seguidos, sin embargo, una interpretación muy particular de la Sala de lo Constitucional le ha permitido a Nagib Bukele, estar presente en estas elecciones.
Participaron de estos comicios además de Nagib Bukele, representando al partido Nuevas Ideas, otros cinco candidatos: Manuel Flores (FMLN), Joel Sánchez (Arena), Luis Parada (Nuestro Tiempo), José Ronderos (Fuerza Solidaria) y María Murillo (Fraternidad Patriótica Solidaria), esta última fue la única mujer en la contienda.
La alta popularidad de la que goza el actual presidente, hacía prever un resultado ampliamente favorable a su agrupación política, de hecho la expectativa era saber por cuánto ganaría. Asimismo, se espera que haya tenido una alta votación para la Asamblea Legislativa, que tras una reforma promovida por él, cuenta ahora con apenas 60 miembros.
Nagib Bukele goza de tanto apoyo popular debido a su éxito en el combate a la violencia de los maras, de hecho ese es el principal legado de su primer mandato. Lo que incomoda a algunos analistas políticos es que este país centroamericano vive en estado de excepción hace casi dos años y muchos acusan al gobierno de haber normalizado esta situación.
Por otro lado, al margen de su alta popularidad, estudios de varias universidades muestran que en su periodo de gobierno, han crecido la miseria, la pobreza, el hambre, el desempleo y la marginación. Asimismo, los precios de la canasta básica son los más caros de la región, la inversión es la más baja y el crecimiento de la deuda la más alta.
Lo cierto es que independientemente de tanta controversia, la gran mayoría de los salvadoreños apoya su gestión y están realmente agradecidos a Nagib Bukele, por haberlos librado de una violencia asustadora. Algunos reconocen que hubo deficiencias en otros sectores de su administración, no obstante, mantienen la esperanza de que en su nuevo mandato, pueda ocuparse de otros temas también muy importantes para los ciudadanos.
Redacción de: Luis García
