En medio de la actual ola de calor que azota México, el personal de un hogar de ancianos en el sur del país se enfrenta a una batalla diaria para mantener a sus residentes frescos y seguros. Ante el aumento de las temperaturas récord en Veracruz, las opciones de enfriamiento son limitadas pero vitales.
En el hogar de ancianos Cogra, dirigido por María Teresa Mendoza, los ancianos se alternan entre sentarse frente a ventiladores y las pocas unidades de aire acondicionado disponibles. Mendoza describe la situación como “una ola de calor tan intensa, tan poderosa, tan generalizada y tan persistente” que nunca antes habían experimentado. Las temperaturas en el estado han alcanzado los 100 grados Fahrenheit, exacerbando los desafíos en un lugar ya húmedo.
El impacto del calor extremo ha sido devastador en todo México. El Ministerio de Salud del país informa que al menos 125 personas han muerto debido al calor este año, y más de 2.300 han sufrido insolación, deshidratación y quemaduras solares. Veracruz, en particular, ha sido uno de los estados más afectados, con casi un tercio de las muertes registradas.
El calor ha tenido efectos en cascada, afectando tanto a humanos como a la fauna local. Monos aulladores y aves tropicales han caído muertos de los árboles, mientras que los residentes se apresuran a llenar jarras de agua en medio de la preocupación por la sequía. Los servicios de emergencia están en alerta máxima, respondiendo a un número creciente de emergencias relacionadas con el calor.
David Zebadúa Escalante, coordinador de ayuda estatal de la Cruz Roja Mexicana en Veracruz, señala que los médicos atienden hasta cinco casos de golpe de calor al día. Las ambulancias ahora están equipadas con hielo y compresas frías para tratar a las víctimas.
“Tuvimos que tomar ciertas medidas en las ambulancias, como poner bolsas de hielo adentro, líquidos fríos, compresas frías para poder tratar a personas que han tenido un golpe de calor”, dijo Zebadúa.
El impacto en los trabajadores al aire libre ha sido igualmente severo. Jorge Misael Rodríguez, un trabajador de la construcción, describe los efectos debilitantes del calor: “Tienes fiebre, dolor y muchísimos dolores de cabeza. Una vez que estás en casa, comienza el dolor. En los hombros, la espalda y los brazos. Te golpea duro”.
La lucha contra el calor en Veracruz subraya los efectos desproporcionados del cambio climático en las poblaciones vulnerables. Con el aumento de las temperaturas globales, estos desafíos solo se intensificarán, requiriendo una respuesta robusta y sostenida para proteger a los más vulnerables.
Redacción de: Karen Rodríguez A.