El nuevo impuesto aplicado por el gobierno de Nicolás Maduro en realidad afecta las operaciones en dólares y otras divisas extranjeras y también criptomonedas que se realicen en Venezuela, independientemente de su monto.
La dolarización de facto en Venezuela ha sido un alivio para muchos dada la hiperinflación y la devaluación de la moneda nacional, el bolívar, en los últimos años.
En líneas generales, los ciudadanos tendrán que pagar un 3% adicional, aunque con algunas excepciones.
El nuevo tributo entró en vigor este 28 de marzo, cuando en Venezuela aún reinaba mucha confusión en torno a su aplicación, algo que llevó a algunas empresas -como la cadena de comida rápida Arturo’s- a suspender temporalmente la recepción de pagos en divisas a la espera de que se aclare el panorama sobre el llamado nuevo Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF).
El gobierno está buscando, en primer lugar, aumentar la recaudación”, señala el economista Luis Oliveros.
“Obviamente, si ese fuera el único objetivo, ellos habrían podido incrementar el IVA a 19% y con eso habrían aumentado la recaudación, pero también están buscando incentivar el uso de bolívares, pero eso no se logra obligando a la gente a pagar en bolívares”, agrega el experto.
El analista Luis Vicente León también cuestiona el uso de esta estrategia para favorecer la circulación de la moneda venezolana.
“Entiendo el deseo del BCV de rescatar el uso del bolívar como moneda común. Es una de sus funciones. Pero la estrategia de ‘obligar’ a su uso, limitando transferencias en divisas sin resolver los problemas que pulverizaron las funciones del bolívar es contraproducente”, escribió este viernes en su cuenta de Twitter.
“No se masificó el uso del dólar en Venezuela porque había mecanismos financieros que lo estimularan, sino porque la desconfianza en el bolívar y la desmonetización del país obligó a la economía y al propio BCV a buscar mecanismos alternativos en moneda dura”, agregó.
Así, el intento de apuntalar el uso de la moneda venezolana poniendo un impuesto a las transacciones en dólares es juzgado como jugada prematura.
“Esta economía necesitaba más tiempo para asentarse, para estabilizarse, para buscar un mejor momento para llevar a cabo la desdolarización de la economía. Esta no es la mejor manera de hacerla”, advierte Luis Oliveros.