Los presidentes de Colombia y Venezuela se reunieron el martes y se comprometieron en mejorar la cooperación comercial y de seguridad, ya que ambos países buscan normalizar las relaciones tras la elección del primer líder izquierdista de Colombia.
Tras la reunión en el palacio presidencial de Venezuela, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, dijo que era “suicida” que los gobiernos de Venezuela y Colombia se hayan distanciado recientemente, y agregó que la frontera entre los países había sido olvidada y “entregada” a mafias criminales.
Igualmente, el presidente de Colombia expresó que ambos países ahora buscarán formas de compartir inteligencia sobre los grupos narcotraficantes y agregó que presionará para que Venezuela regrese a la Comunidad Andina de Naciones, un grupo regional de comercio e inversión del que Venezuela se retiró en 2006. Petro ha pedido el apoyo de Venezuela en las conversaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional, o ELN, un grupo rebelde colombiano que opera en ambos lados de la frontera.
Los esfuerzos de Petro para comprometerse con el gobierno socialista de Venezuela marcan un cambio radical con respecto a la política reciente de Colombia: antes de que Petro fuera elegido en junio, Colombia respaldó los esfuerzos de Estados Unidos para aislar al gobierno de Maduro, sancionar sus exportaciones de petróleo y obligar a Maduro a celebrar elecciones libres y justas.
Estados Unidos, Colombia y docenas de otros países dejaron de reconocer a Maduro como el líder legítimo de Venezuela en 2019, después de que ganó una elección que fue vista como antidemocrática y respaldó el reclamo de la presidencia de Venezuela por parte del exlíder de la Asamblea Nacional Juan Guaidó.
Petro cambió de rumbo tan pronto asumió el cargo y restableció los lazos diplomáticos con el gobierno de Maduro. El martes, los líderes de la oposición en Venezuela criticaron la reunión de Petro con Maduro, y Guaidó tuiteó que Petro estaba ayudando a “normalizar” la violación de los derechos humanos en Venezuela al “visitar al dictador Maduro y llamarlo presidente”.
La Corte Penal Internacional investiga actualmente al gobierno de Maduro por violaciones de derechos humanos que incluyen la tortura y la detención arbitraria de manifestantes en 2017. En una carta reciente dirigida a Petro, Human Rights Watch señaló que aún hay más de 240 presos políticos en Venezuela y pidió a Petro que busque compromisos concretos de derechos humanos por parte de la administración de Maduro a medida que ambas naciones restablecen los lazos diplomáticos y militares.
El grupo de vigilancia agregó que la cooperación militar con Venezuela debe prohibirse hasta que las fuerzas de seguridad de Venezuela dejen de respaldar a los narcotraficantes y rebeldes. La evidencia recopilada por Human Rights Watch y una misión de determinación de hechos de la ONU sugiere que el ejército de Venezuela realizó operaciones conjuntas con el ELN el año pasado para erradicar a otro grupo rebelde y les permitió apoderarse de las minas de oro en el este de Venezuela.
