Las perspectivas para la economía mundial este año se han empañado ante la inflación crónicamente alta, el aumento de las tasas de interés y las incertidumbres resultantes del colapso de dos grandes bancos estadounidenses.
El Fondo Monetario Internacional prevé un crecimiento este año del 2,8%, por debajo del 3,4% en 2022. La Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, afirmó que se trata de las perspectivas, a medio plazo, más débiles para la economía mundial, desde la década de 1990.
El FMI pronostica, además, una inflación global del 7% este año, por debajo del 8,7% en 2022 pero por encima de su pronóstico de enero del 6,6% para 2023. Con este escenario, se estima que la inflación persistentemente alta obligue a la Reserva Federal y otros bancos centrales a seguir aumentando las tasas y mantenerlas por más tiempo en un pico, o cerca de él, para combatir el aumento de los precios. Esos costos de endeudamiento cada vez más altos podrían debilitar el crecimiento económico y desestabilizar potencialmente a los bancos que habían llegado a depender de tasas históricamente bajas.
El FMI también prevé, con una probabilidad del 25%, que el crecimiento global caiga por debajo del 2% para 2023. Eso ha sucedido solo cinco veces desde 1970, la más reciente cuando el COVID-19 descarriló el comercio global en 2020.
La economía mundial, advirtió el FMI, está “entrando en una fase peligrosa durante la cual el crecimiento económico sigue siendo bajo, según los estándares históricos, y los riesgos financieros han aumentado, pero la inflación aún no ha dado un giro decisivo”.
Redacción de: Karen Rodríguez