Las agencias de seguridad nacional de Estados Unidos y el Departamento de Justicia están investigando la publicación de decenas de documentos clasificados para evaluar el daño a la seguridad nacional y las relaciones con aliados y otros países, incluida Ucrania.
Periodistas, investigadores y usuarios de redes sociales han descubierto documentos clasificados publicados desde el 1 de marzo en sitios de internet. Esto plantea una serie de preguntas sobre qué tan extendida puede ser la violación y cuánto daño podría causar a la seguridad de Estados Unidos.
La filtración, de más de un centenar de documentos secretos de inteligencia militar estadounidense, expuso datos operativos sobre la guerra en Ucrania. Muchos de los documentos incluyen mapas y gráficos sobre dónde se concentran las tropas y qué tipo de armas tienen a su disposición. Si bien este tema ha sido discutido públicamente por EE. UU. y Ucrania, los documentos brindan detalles que no han sido revelados.
Las publicaciones en línea muestran fotos de documentos físicos que fueron doblados o arrugados. Algunos están fechados a fines de febrero o principios de marzo y parecen ser parte de una serie de diapositivas producidas diariamente para los principales militares estadounidenses y otros funcionarios de seguridad nacional.
Además de la información sobre Ucrania, los documentos proporciona una ventana poco frecuente al modo en que Estados Unidos espía tanto a aliados como a adversarios, e incluyen información sobre Medio Oriente vinculado a las actividades nucleares en Irán; China, sobre su posición ante la guerra entre Ucrania y Rusia; Corea del Norte sobre la amenaza balística del misil intercontinental; África vinculado al papel que juega Francia en temas de seguridad y América del Sur, sobre planes de funcionarios de Brasil para visitar Moscú y debatir esquemas de mediación con Ucrania.
Uno de los informes filtrados revela información sobre un posible ataque por parte de un grupo de piratas cibernéticos rusos a infraestructura energética en Canadá, de la que depende parcialmente el suministro a Estados Unidos. Según documentos filtrados del Pentágono, el “hackeo” incluso podría haber comprometido la dirección IP de una red canadiense de gasoductos en febrero y causado daños a su infraestructura.
Funcionarios del Pentágono han reconocido que los documentos son reales y señalan que se abrió una investigación y están trabajando con el Departamento de Defensa. Sin embargo, hasta ahora, se sabe poco sobre quién puede haber sido el responsable de la filtración o cómo algunos de los secretos guardados por inteligencia militar de Estados Unidos acabaron en las redes sociales.
Redacción de: Karen Rodríguez
