El ex presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, una vez considerado un aliado clave en la lucha contra las drogas, ahora está siendo juzgado en un tribunal federal de Manhattan por cargos de tráfico de drogas y armas. Este juicio marca un giro sorprendente para un líder político que alguna vez fue promocionado por las autoridades estadounidenses como beneficioso para los intereses de Estados Unidos en la región.
Hernández, quien fue arrestado y extraditado a Estados Unidos hace casi dos años, está siendo acusado de dirigir su nación como un “narcoestado”, recaudando millones de dólares de cárteles de drogas para financiar su ascenso al poder. Según los fiscales federales, Hernández se benefició del tráfico de drogas durante casi dos décadas, trabajando incluso en colaboración con el poderoso cartel de Sinaloa en México.
Los millones de dólares obtenidos del narcotráfico impulsaron su carrera política, llevándolo desde un congresista representante de una provincia rural hasta dos mandatos presidenciales consecutivos. Se alega que, durante su primera campaña presidencial, Hernández solicitó fondos a narcotraficantes para financiar su campaña y la de otros políticos de su partido conservador.
¿Quiénes participaran en el juicio?
El juicio, que se espera que dure de dos a tres semanas, cuenta con la participación de narcotraficantes y funcionarios corruptos de Honduras como testigos. Aunque Hernández ha mantenido su inocencia, los fiscales basarán su caso en testimonios y pruebas recopiladas durante años de investigación sobre las redes narcotraficantes en Honduras.
Mientras tanto, algunos de sus coacusados, incluido el ex jefe de la policía nacional hondureña y el primo de Hernández, ya se han declarado culpables de cargos de tráfico de drogas en el mismo tribunal de Manhattan donde se lleva a cabo el juicio de Hernández. Aunque el ex presidente enfrenta serios cargos federales, ha insistido en que las acusaciones son una venganza de los narcotraficantes que extraditó a Estados Unidos.
Este juicio no solo es significativo para Hernández personalmente, sino que también destaca la debilidad institucional de Honduras, ya que el hecho de que esté siendo juzgado en Estados Unidos refleja la falta de confianza en el sistema judicial hondureño. Para muchos, este caso pone en tela de juicio la separación de poderes y la rendición de cuentas dentro del país centroamericano.
Redacción de: Karen Rodríguez A.