Bastante compleja resultó la segunda de las tres presentaciones planeadas por Daddy Yankee para despedirse de su público en Chile, luego de que se presentaran graves alteraciones al orden público, pues el caos se apoderó de los asistentes al interior del evento y también de aquellos fanáticos que no habían podido conseguir su boleta y esperaban a la salida del Estadio Nacional de Santiago.
Aun cuando las autoridades habían anunciado en horas previas que redoblarían la seguridad, una avalancha de unas 4.000 personas atravesó una de las entradas del escenario deportivo, lo que provocó que personal de Carabineros tuviera que hacer uso de elementos de seguridad y disuasivos para evitar que otras personas salieran lesionadas.
En un comunicado emitido tras la difusión de imágenes de desconcierto y violencia, tanto en el exterior como en el interior del lugar, la productora aseguró que había cumplido con todos los protocolos de seguridad requeridos y que la responsabilidad de puertas para afuera era de las autoridades.
La Policía comunicó que hubo tres detenidos a raíz de los desórdenes del concierto del martes. Según el coronel Rodrigo Ganga, se trata de “tres hombres adultos, todos con antecedentes; dos con órdenes de detención pendientes vigentes y uno por contrabando”.