Este lunes 24, el alcalde de la ciudad de Toronto, John Tory consiguió un tercer mandato como alcalde de la capital de la provincia de Ontario. El resultado no sorprendió, una vez que todos los institutos de encuestas lo daban como vencedor.
La explicación encontrada por analistas políticos para una victoria tan contundente, a pesar del desgaste natural de dos gestiones, sería la reputación que habría logrado construir Tory como un administrador moderado y estable. Sería el reconocimiento a una administración llevada sin mayores sobresaltos, a pesar de las crisis.
El candidato que obtuvo el segundo lugar, Gil Peñaloza, alcanzó una votación considerada importante por sus seguidores, sin embargo, fue poco más de la cuarta parte de los votos recibidos por el vencedor. Hay que tener presente, el gran desinterés mostrado por gran parte del electorado, que no participó de esta elección.
La apatía de los votantes se veía ya en la elección anticipada, durante dicho periodo acudieron a las urnas 115.911 electores, lo que representa un 30 por ciento menos que en la elección de 2014, cuando el actual alcalde se eligió por vez primera.
Durante su campaña, John Tory supo potenciar bien sus cartas, reconoció que hay espacio para mejorar, pero sobre todo, pasó la idea de ser un político experimentado y capaz para obtener fondos tanto del gobierno provincial, como del federal. En momentos de incertidumbre económica, lo que se requiere es de líderes con experiencia, manifestaba ante sus potenciales votantes.
La tarea que sigue tras la elección, no es nada fácil. Toronto tiene un déficit presupuestario gigantesco, que alcanzará el próximo año los mil millones de dólares. Aun así, John Tory dice que no impondrá grandes aumentos de impuestos, trabajaremos para encontrar mejores caminos prometió. El éxito de nuestra gestión, dependerá de las alianzas que hagamos con los otros niveles de gobierno, finalizó.
Redacción de: J.Bendezu, LJI Reporter