En el marco de la Asamblea General de la ONU, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró que Brasil está listo para firmar el esperado acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el bloque sudamericano Mercosur, un pacto que lleva negociándose por más de 25 años. Sin embargo, Lula subrayó que la conclusión del acuerdo ahora depende de que la UE resuelva las últimas discrepancias pendientes.
“Estamos listos para cerrar el acuerdo. Incluso le dije a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que podríamos firmarlo durante la reunión del G20 en noviembre en Brasil. Nunca he sido tan optimista sobre el acuerdo UE-Mercosur”, declaró Lula en Nueva York.
Lula destacó los recientes logros económicos de Brasil, señalando que el país ha sorprendido a los inversores y a las agencias de calificación con un crecimiento más fuerte de lo previsto, gracias en parte al avance de la reforma fiscal en el Congreso. Estas señales de estabilidad han elevado las expectativas de que el acuerdo comercial pueda concretarse pronto.
Progreso en las negociaciones
Una fuente diplomática europea informó que las negociaciones entre los dos bloques han avanzado significativamente tras una reunión cara a cara en Brasilia los días 5 y 6 de septiembre. A pesar de estos progresos, las diferencias en temas clave como las salvaguardas ambientales y las adquisiciones gubernamentales aún están sobre la mesa.
El presidente Lula reafirmó que Brasil está comprometido en la lucha contra el cambio climático, pero defendió el derecho del país a proteger sus sectores productivos. En este contexto, Alemania también ha apoyado la solicitud de postergar la ley hasta 2025, argumentando que es necesario aclarar algunos puntos clave antes de su implementación.
La presión para finalizar el acuerdo ha venido creciendo. Un grupo de 11 países de la UE, incluidos Alemania, España y Portugal, envió una carta a Ursula von der Leyen pidiendo una rápida conclusión de las negociaciones.
Para la UE, el Mercosur representa un mercado atractivo para los exportadores de manufacturas, aunque algunos sectores, especialmente los agricultores europeos, han expresado su temor a la competencia que traerán las importaciones de productos agrícolas sudamericanos, particularmente en Francia.
De concretarse, el acuerdo beneficiará a los exportadores europeos que buscan nuevos mercados en Sudamérica, mientras que las economías del Mercosur ganarían un acceso privilegiado al mercado europeo, uno de los más grandes del mundo.
Redacción de: Karen Rodríguez A.