Una serie de incendios forestales sin precedentes azota el estado de São Paulo, dejando al menos dos muertos y activando alertas en 36 ciudades. Las autoridades han intensificado los esfuerzos para contener las llamas, mientras una combinación de sequía extrema, ola de calor y fuertes vientos amenaza con empeorar la situación. El gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas, informó que más de 7.300 funcionarios y voluntarios están trabajando en todo el estado para combatir los incendios. Las brigadas de bomberos, junto con apoyo aéreo y terrestre, han sido desplegadas en las áreas más afectadas.
La región alrededor de la ciudad de São Paulo ha sido particularmente vulnerable debido a la sequía prolongada que ha dejado la vegetación extremadamente seca. Aunque la ciudad en sí no ha sido gravemente afectada por los incendios, el humo de los fuegos ha cubierto partes del cielo, provocando una disminución en la calidad del aire y afectando la visibilidad en carreteras.
Los incendios forestales en São Paulo son los peores en décadas. La organización de noticias local Folha de S.Paulo reportó que se han registrado 4.973 incendios en el estado solo este año, un número alarmante que supera las cifras de años anteriores. Las zonas rurales han sido las más afectadas, con vastas extensiones de tierras agrícolas y reservas naturales destruidas por el fuego.
¿Qué han hecho las autoridades?
Las autoridades han declarado estado de emergencia en varias ciudades del interior del estado, incluyendo Fajardo, Bauru y Ribeirão Preto, donde los incendios amenazan propiedades, cultivos y la fauna local. Equipos de emergencia han evacuado a residentes en áreas de alto riesgo, y se han establecido centros de refugio temporal en las ciudades más cercanas.
Además de los incendios, la sequía prolongada ha afectado los recursos hídricos en todo el estado de São Paulo, reduciendo los niveles de los embalses que abastecen de agua a millones de personas. El gobierno ha implementado restricciones de uso de agua en varias áreas y ha instado a la población a racionar el consumo.
A medida que los incendios continúan ardiendo, organizaciones medioambientales y expertos en clima han señalado la necesidad urgente de medidas a largo plazo para prevenir futuros desastres. La deforestación, el cambio climático y la falta de inversión en infraestructura de prevención de incendios han exacerbado la situación en Brasil, un país que ha visto un aumento constante en la frecuencia y severidad de los incendios forestales en los últimos años.
Mientras tanto, las autoridades han pedido a la población que permanezca vigilante y evite actividades que puedan aumentar el riesgo de incendios, como la quema de residuos agrícolas. Con las condiciones climáticas pronosticadas para continuar siendo adversas en las próximas semanas, la lucha contra los incendios en São Paulo está lejos de terminar.
Redacción de: Karen Rodríguez A.
