El gobierno del presidente ultraliberal Javier Milei celebra la desaceleración de la inflación como uno de sus mayores logros desde que asumió el cargo en diciembre. Sin embargo, para muchos argentinos, la vida diaria sigue siendo una lucha constante contra los altos precios y el deterioro del poder adquisitivo.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos informó que la inflación de abril fue del 8,8%, una reducción notable desde el 11% de marzo, el 13,2% de febrero y el 20,6% de enero. Esta desaceleración es celebrada por el gobierno de Milei, que atribuye el logro a su programa de estabilización económica basado en el equilibrio fiscal, el saneamiento del balance del Banco Central y la desregulación económica.
Sin embargo, pese a la baja de precios en algunos sectores como el azúcar, las bebidas y los electrodomésticos, muchos argentinos no ven un impacto significativo en sus bolsillos debido al aumento en los costos de los servicios públicos.
Perspectivas y desafíos
El economista Camilo Tiscornia, de CT Asesores Económicos, explicó que el poder adquisitivo de los argentinos ha caído significativamente debido a la falta de crecimiento económico sostenido. “Su PBI es más o menos el mismo hace 11 años. En esas condiciones es muy difícil que el poder adquisitivo de la gente pueda mejorar sostenidamente”, señaló Tiscornia. La inflación más baja no necesariamente se traduce en una mejora inmediata para la población, que todavía enfrenta los efectos de las medidas de ajuste económico y la recesión.
El salario promedio en febrero cayó un 20% respecto al mismo mes del año anterior, y en los primeros tres meses del gobierno de Milei, la caída fue del 16%. Estas cifras reflejan el impacto de las políticas de ajuste, que incluyeron despidos en la administración pública, suspensión de obras de infraestructura y reducción de subsidios al transporte y energía, resultando en aumentos de tarifas.
Aunque el gobierno de Javier Milei muestra como un logro la desaceleración de la inflación, la realidad para muchos argentinos sigue siendo complicada. La reducción de la inflación es solo una parte del desafío; la recuperación del poder adquisitivo y la mejora en la calidad de vida dependerán de una reactivación económica sostenida. Mientras tanto, la población continúa ajustando sus hábitos de consumo y buscando maneras de sobrellevar la situación económica.
Redacción de: Karen Rodríguez A.