Más incendios en la selva amazónica brasileña este agosto que en cualquier mes en casi cinco años, debido a un aumento en la deforestación ilegal.
Los sensores satelitales detectaron 33.116 incendios según el instituto espacial nacional de Brasil. Los meses de la estación seca de agosto y septiembre suelen ser los peores tanto para la deforestación como para los incendios.
También fue el peor agosto de incendios en 12 años. Eso incluye agosto de 2019, cuando las imágenes de la selva tropical en llamas conmocionaron al mundo y generaron críticas de los líderes europeos. Bolsonaro había asumido recientemente el cargo y estaba poniendo de cabeza la aplicación de la ley ambiental, diciendo que los delincuentes no deberían ser multados y prometiendo el desarrollo de la Amazonía.
El presidente de extrema derecha restó importancia a los incendios violentos de entonces y continúa haciéndolo hoy. Le dijo a la cadena de medios Globo el 22 de agosto, que las críticas son parte de un esfuerzo por socavar el sector agroindustrial de la nación.
“Brasil no merece ser atacado de esta manera”, señaló Bolsonaro, quien está en campaña por la reelección.
Los incendios son evidentes incluso a varios cientos de kilómetros de distancia en la ciudad más grande del Amazonas, Manaus, donde el humo ha estado flotando en el cielo durante semanas.
El fuego en el Amazonas casi siempre se provoca deliberadamente, principalmente para mejorar los pastos del ganado o quemar árboles recién talados una vez que están secos. A menudo, los incendios se descontrolan y se extienden a áreas vírgenes del bosque.
Después de un período de calma con lluvias inusualmente altas a principios de agosto, las llamas iniciaron a propagarse rápidamente, explicó Ane Alencar, coordinadora del proyecto Mapbiomas Fire, dirigido por una red de organizaciones sin fines de lucro, universidades y nuevas empresas tecnológicas.