El llamado “glaciar del fin del mundo” de la Antártida, apodado así por su alto riesgo de colapso y amenaza para el nivel global del mar, puede retroceder rápidamente en los próximos años, señalan los científicos, amplificando las preocupaciones sobre el aumento extremo del nivel del mar que acompañaría su potencial desaparición.
El glaciar Thwaites, capaz de elevar el nivel del mar en varios metros, se está erosionando a lo largo de su base submarina a medida que el planeta se calienta. En un estudio publicado este lunes en la revista académica Nature Geoscience, los científicos cartografiaron el retroceso histórico del glaciar, con la esperanza de poder aprender de su pasado para predecir lo que probablemente hará el glaciar en el futuro.
Los científicos descubrieron que, en algún momento de los dos últimos siglos, la base del glaciar se desprendió del lecho marino y retrocedió a un ritmo de 2,1 kilómetros por año. Eso es el doble de la velocidad que los científicos han observado en la última década.
Esta rápida desintegración se produjo “tan recientemente como a mediados del siglo XX”, indicó Alastair Graham, autor principal del estudio y geofísico marino de la Universidad del Sur de Florida, en un comunicado de prensa.
Esto sugiere que el glaciar Thwaites tiene la capacidad de sufrir un rápido retroceso en un futuro próximo, una vez que se retire más allá de una dorsal del lecho marino que está ayudando a mantenerlo a raya.
“El Thwaites está casi al límite, y deberíamos esperar registrar grandes cambios en pequeñas escalas de tiempo en el futuro incluso de un año a otro, una vez que el glaciar retroceda más allá de una dorsal poco profunda en su lecho”, dijo en el comunicado Robert Larter, geofísico marino y uno de los coautores del estudio del British Antarctic Survey.
El glaciar Thwaites, situado en la Antártida Occidental, es uno de los más anchos de la Tierra y es más grande que el estado de Florida. Sin embargo, es solo una fracción de la capa de hielo de la Antártida Occidental, que contiene suficiente hielo para elevar el nivel del mar hasta 4,8 metros, según la NASA.