El domingo, los guatemaltecos acudieron a las urnas para elegir en segunda vuelta a quien dirigirá el rumbo de la nación por los próximos cuatro años entre un defensor de la lucha contra la corrupción y una ex primera dama vista como aliada del gobierno saliente.
El balotaje es una de las elecciones más observadas de los últimos tiempos debido a las dificultades e injerencia judicial que ha sufrido el proceso y que han puesto en alerta no sólo a la ciudadanía sino también a la comunidad internacional, que ha denunciado el riesgo que corre la democracia guatemalteca.
Uno de los contendientes es la ex primera dama Sandra Torres, que cambió del centro a la derecha y se convirtió en aliada del saliente e impopular presidente Alejandro Giammattei. Su oponente, Bernardo Arévalo, del Movimiento Semilla de izquierda progresista, se subió a la ola de resentimiento popular hacia la política tradicional y alcanzó un sorprendente segundo lugar en la primera ronda del 25 de junio.
El ganador tendrá como desafíos enfrentar la corrupción, la violencia y la inflación. Las mesas de votación abrieron sin reportes de problemas, aunque la magistrada del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Blanca Alfaro, denunció la víspera que había recibido amenazas de muerte vía telefónica y el domingo aseguró que podría presentar su renuncia al cargo debido a esa situación.
Un 99,6% de los centros electorales en Guatemala abrieron con puntualidad y sin inconvenientes para la celebración de la segunda vuelta electoral por la presidencia, entre Sandra Torres Casanova y Bernardo Arévalo de León. De acuerdo a la misma fuente, en un 94% de los centros de votación hubo presencia de seguridad por parte de la Policía Nacional Civil (PNC) durante la apertura.
Redacción de: Karen Rodríguez