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Violencia en Haití alcanza niveles alarmantes mientras pandillas controlan el 85% de la capital

La violencia en Haití continúa escalando, con un total de más de 1.740 personas muertas o heridas entre julio y septiembre, un aumento del 27% en comparación con el trimestre anterior, según cifras recientes de Naciones Unidas. Las pandillas han extendido su dominio sobre el 85% de Puerto Príncipe, agravando la situación de inseguridad mientras una misión de apoyo dirigida por la policía keniana lucha con la falta de fondos y personal.

La Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH) reporta que 1.223 de estos asesinatos fueron resultado de la violencia de pandillas, aunque también documentó 106 ejecuciones extrajudiciales, 96 de ellas cometidas por policías y otras 10 atribuidas al fiscal Jean Ernest Muscadin, en la ciudad de Miragoâne, quien es acusado de haber asesinado al menos a 36 sospechosos desde 2022.

La BINUH advierte que, ante la ausencia de un Estado efectivo, las pandillas han comenzado a asumir roles que normalmente corresponden a la policía y el poder judicial, imponiendo sus propias leyes. Estas bandas están compuestas por alrededor de 5.500 miembros, de los cuales hasta un 50% son niños reclutados como exploradores y combatientes.

El informe destaca que en La Saline, uno de los barrios más empobrecidos de la capital, 234 personas murieron o resultaron heridas en sus propias casas improvisadas mientras pandillas rivales luchan por el control de zonas estratégicas como el puerto principal de Haití. Además, las pandillas han extendido su dominio a Carrefour y Gressier, empleando “brutalidad extrema” para someter a los residentes. Uno de los episodios más atroces ocurrió en agosto, cuando un policía civil fue mutilado y obligado a comer partes de su propio cuerpo antes de ser quemado vivo.

La violencia se ha extendido también en las regiones centrales de Artibonite, donde, pese a una reducción en los secuestros, la violencia sexual continúa afectando gravemente a la población. Al menos 55 mujeres, incluidas niñas de tan solo 10 años, han reportado violaciones grupales.

Testimonios

Jean Renel Volma, un guardia de seguridad que huyó de Solino, uno de los pocos barrios aún libres de pandillas, describe una situación de “destrucción total”. Como él, cientos de desplazados se han refugiado en una iglesia en Nazon, otro barrio en la mira de las pandillas que buscan ingresar a zonas de clase media para obtener mayores ingresos a través de secuestros y extorsiones. Por su parte, Alicia Joseph, una madre de 60 años, es otra de las afectadas. Aunque sus hijos lograron refugiarse, ella no pudo salvar a su madre, de 85 años, quien murió en su casa incendiada por pandilleros. “Creo que es el fin de mi vida. Lo he perdido todo”, expresó con desesperación.

El informe subraya que, a pesar de los esfuerzos internacionales, la situación en Haití sigue empeorando, y se requieren acciones urgentes para evitar que las pandillas continúen expandiendo su control y agravando la crisis humanitaria en el país.

Redacción de: Karen Rodríguez A.

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