Las negociaciones sobre la aplicación de aranceles a los productos canadienses por parte del gobierno de Estados Unidos, han continuado y las autoridades de Ottawa, así como la población en general, están a la expectativa de lo que pueda suceder mañana martes.
Según la ministra de Comercio Interior, Anita Anand, ella y otros funcionarios federales han discutido con sus pares estadounidenses sobre los perjuicios que traería para ambos países una guerra comercial, si el presidente Donald Trump ratifica que aplicará aranceles.
A un día de la imposición de aranceles a los productos canadienses, no queda claro cómo funcionarán ni qué porcentajes se aplicarán, una vez que el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, declaró que podrían optar por no aplicar el arancel completo de inmediato y sí ir haciéndolo poco a poco, mientras continúan negociando.
La respuesta del gobierno federal
La ministra Anad, recalcó que el gobierno canadiense se mantendrá firme en su propósito de defender en todo momento la economía del país, sin embargo, reconoce que toda esta incertidumbre acaba generando inestabilidad y que algunos premieres ya están reclamando.
Por su parte, el primer ministro, Justin Trudeau, afirmó que su gobierno seguirá trabajando para evitar los aranceles y que hasta el momento se han cumplido todos los acuerdos pactados con el presidente Trump. No obstante, si aun así, los aplica, la respuesta del gobierno será fuerte, proporcional e inequívoca, como esperan los canadienses, dijo.
La respuesta del gobierno incluirá un arancel de represalia del 25 por ciento sobre los productos estadounidenses. Apenas apliquen sus aranceles, la respuesta del gobierno afectará a bienes por el valor de 30 mil millones, luego se impondrían contra-aranceles más amplios por el valor de 125 mil millones de dólares a los productos estadounidenses.
El papel de las provincias
Algunos primeros ministros, ya tienen preparadas sus represalias. El premier de Ontario, Doug Ford, dijo que retirará productos estadounidenses de LCBO, ventas que alcanzan anualmente mil millones de dólares. Asimismo, cancelaría el acuerdo por el valor de cien millones de dólares con Starlink, empresa de Elon Musk, que provee servicios de internet.
David Alby, premier de Columbia Británica, tomaría las mismas medidas y no compraría más bebidas alcohólicas provenientes de Estados Unidos y por último, el premier de Nueva Escocia, Tim Houston, anunció que limitará las compras de productos estadounidenses.
Redacción de: J.Bendezu, LJI Reporte