Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, firmó el martes un decreto prohibiendo la venta de cigarrillos electrónicos, continuando con la política anti-vapeo del gobierno.
México ya había prohibido la importación de los dispositivos desde octubre e incluso antes de eso, la protección del consumidor y otras leyes se habían utilizado para desalentar las ventas.
A pesar del decreto del martes, muchos mexicanos importan o compran cartuchos o fluidos de vapeo debajo de la mesa o en línea a nivel nacional.
El subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, arremetió contra las afirmaciones de la industria de que vapear es más seguro que fumar, y lo calificó como “una gran mentira”.
Así mismo, cifras del propio gobierno estiman que al menos 5 millones de mexicanos han probado el vapeo al menos una vez.
La Comisión dijo en un comunicado que el acetato de vitamina E, utilizado como aditivo en la fabricación de cartuchos de los cigarrillos electrónicos, al calentarse “tiene el potencial de ser un irritante pulmonar, dependiendo de la concentración utilizada puede interferir en el funcionamiento normal del sistema respiratorio adhiriéndose al tejido pulmonar ocasionando la formación de trombos por la inhalación de esta sustancia”.