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Medicamentos para bajar de peso: ¿quién puede usarlos y para qué sirven?

El surgimiento de medicamentos como Wegovy de Novo Nordisk ha llamado la atención del público en 2023, ofreciendo una nueva forma de abordar las tasas récord de obesidad. Estos fármacos, conocidos como agonistas de GLP-1, imitan la actividad de una hormona que ralentiza la digestión y ayuda a las personas a sentirse satisfechas por más tiempo. Los ensayos clínicos han demostrado que las personas pueden perder entre el 15% y el 20% de su peso corporal con estos medicamentos. 

Sin embargo, a pesar de su eficacia, la demanda es extraordinaria y los altos precios de estos medicamentos pueden mantenerlos fuera del alcance de muchos pacientes el próximo año. Los costos mensuales de medicamentos como Wegovy y Zepbound superan los 1.000 dólares en Estados Unidos, lo que plantea barreras significativas para su acceso. Esto ha generado problemas con las aseguradoras de salud privadas, algunas de las cuales están retrasando o negando la cobertura para estos medicamentos, especialmente para pacientes negros, asiáticos e hispanos, lo que podría exacerbar las desigualdades en la atención médica. 

Además, aunque estos medicamentos ofrecen beneficios significativos, los reguladores están investigando posibles efectos secundarios, incluido un posible vínculo con pensamientos suicidas, y se necesitarán años para determinar los riesgos a largo plazo. 

Estas tendencias plantean preguntas profundas sobre quiénes necesitan más estos medicamentos y cómo garantizar el acceso equitativo. Los médicos se enfrentan al desafío de determinar qué pacientes podrían beneficiarse más de estos tratamientos y cómo superar las barreras de acceso, especialmente para aquellos en grupos marginados. 

En 2024, se espera que la inaccesibilidad de estos medicamentos continúe, lo que probablemente perpetuará las desigualdades en el tratamiento de la obesidad. Los expertos en obesidad están preocupados por el impacto de la inaccesibilidad a estos medicamentos en los grupos más marginados y abogan por una mayor comprensión y acceso equitativo a las opciones de tratamiento para la obesidad, que van desde el asesoramiento hasta los medicamentos más asequibles. 

Además, se insta a una reflexión sobre quiénes realmente necesitan estos medicamentos, ya que hasta el 40% de las personas con obesidad podrían no presentar otros riesgos graves para la salud. La investigación futura debe abordar cómo mantener la pérdida de peso a largo plazo y si es posible reducir o suspender el uso de estos medicamentos sin comprometer la salud de los pacientes. 

En última instancia, más allá del impacto en el peso corporal, el objetivo final es mejorar la calidad de vida y posiblemente la longevidad de las personas que luchan contra la obesidad, por lo que es esencial considerar cuidadosamente el acceso equitativo y el uso adecuado de estos medicamentos. 

Redacción de: Karen Rodríguez 

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