Crece la presión internacional sobre Ruanda, ya que Francia y Alemania son las últimas partes en acusar abiertamente al país de apoyar a rebeldes armados en el vecino este del Congo, con posibles repercusiones en la ayuda exterior que Kigali ha disfrutado durante mucho tiempo.
Durante meses, los nuevos ataques de los rebeldes del M23 han enfurecido al gobierno del Congo y llevado a hablar de guerra en el este del Congo, una región volátil rica en minerales importantes para gran parte de la tecnología mundial. Un informe de expertos de las Naciones Unidas a principios de este año dijo que tenían “pruebas sólidas” de que las fuerzas armadas de Ruanda estaban apoyando a los rebeldes, y Estados Unidos ha pedido abiertamente a Ruanda que lo detenga.
Ahora, otros importantes donantes se han sumado a las críticas a Ruanda. El martes, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia condenó en un comunicado el “apoyo de Ruanda al M23”, y su subsecretario a cargo del desarrollo durante una visita al Congo advirtió que el M23 “debe detener la lucha” y retirarse. La ministra subalterna, Chrysoula Zacharopoulou, está a cargo de implementar las políticas de ayuda. La asistencia oficial para el desarrollo de Francia a Ruanda saltó de menos de $ 4 millones en 2019 a más de $ 68 millones en 2021, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, a medida que mejoraron las relaciones.
También el martes, el director del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán para África subsahariana, Christoph Retzlaff, tuiteó que Ruanda debería “cesar de inmediato” su apoyo al M23 y contribuir rápidamente a una solución a la “desastrosa” crisis. La asistencia oficial para el desarrollo de Alemania a Ruanda fue de más de $ 94 millones en 2021.
El gobierno de Ruanda, en un comunicado enviado por correo electrónico el miércoles por la noche, dijo que acusarlo de apoyar al M23 es “incorrecto” y que “intentar manejar situaciones complejas simplemente repitiendo y amplificando acusaciones falsas del gobierno (congoleño) no puede conducir a soluciones”. Acusó a la comunidad internacional de no estar dispuesta a enfrentar las causas profundas del conflicto en el este del Congo, donde están activos decenas de grupos armados.
