El emblemático expresidente, José “Pepe” Mujica, conocido como un ícono de izquierda que transformó su pequeño país en uno de los más socialmente liberales de toda América Latina, reveló el lunes que ha sido diagnosticado con cáncer de esófago, una noticia que conmocionó a Uruguay y el resto del mundo.
Mujica, de 88 años, recibió el duro diagnóstico durante un chequeo médico de rutina el pasado viernes. Explicó que el tumor descubierto en su esófago presenta desafíos adicionales debido a su condición de salud, ya que también padece una enfermedad autoinmune.
“Esto obviamente es muy complicado y doblemente en mi caso”, dijo el lunes a la prensa el expresidente que gobernó Uruguay de 2010 a 2015. Dijo que los médicos estaban evaluando el mejor curso de acción, pero le advirtieron que la quimioterapia y la cirugía planteaban desafíos.
En una rueda de prensa, el carismático exmandatario transmitió un mensaje de ánimo y esperanza, instando a la juventud a afrontar los desafíos con resiliencia y determinación. “La vida es bonita, pero te desgasta y te caes”, expresó Mujica, “la cuestión es empezar de nuevo cada vez que caes. Si hay ira, transfórmala en esperanza”.
De la lucha en las calles a la presidencia de Uruguay
Conocido entre fanáticos y detractores como “Pepe” Mujica, el líder campechano de Uruguay, un país de sólo 3,3 millones de habitantes, fue un líder de los Tupamaros, el grupo guerrillero marxista que se inspiró en la revolución cubana.
En la década de 1960 y principios de 1970, Mujica empuñó armas en las calles de Montevideo en un esfuerzo por derrocar al gobierno, recibió varios disparos de la policía y finalmente terminó en prisión hasta que la caída de la dictadura del país llevó a su liberación en 1985.
Como presidente número 40 de Uruguay, Mujica legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo (una medida audaz en un país predominantemente católico) e impulsó los derechos de las mujeres. También se convirtió en Uruguay en el primer país del mundo en legalizar completamente la marihuana recreativa.
Se ganó la admiración en Uruguay y en otros lugares como un político que hablaba con franca honestidad y estaba a la altura de sus propios valores, impidiendo el palacio presidencial en favor de su modesta casa en las afueras de Montevideo y donando la mayor parte de su salario a la caridad.
Aunque Mujica abandonó el Senado en 2020, siguió siendo una fuerza poderosa en el Frente Amplio, una coalición de partidos de izquierda y socialdemócratas de centro.
Redacción de: Karen Rodríguez A.