El premier Jason Kenney, hizo que la política de Alberta cayera en picada el miércoles cuando ganó por un estrecho margen una votación de revisión del liderazgo del Partido Conservador Unido, solamente para anunciar que renunciaría al puesto principal de todos modos.
Ante la sorpresa de unos cientos de simpatizantes en un evento, Kenney dijo que el 51,4 por ciento de apoyo que recibió no fue suficiente para quedarse.
“El resultado no es lo que esperaba o, francamente, lo que esperaba”, manifestó Kenney en el centro ecuestre Spruce Meadows ante una multitud que incluía a varios miembros del gabinete. Además, señaló que “Si bien el 51 por ciento de los votos supera el umbral constitucional de la mayoría, claramente no es un apoyo adecuado para continuar como líder”
Kenney ha expresado que la ira de los miembros del partido y del caucus por las decisiones que tomó para limitar las libertades personales durante la pandemia de COVID-19 encendió la ira contra él y lo llevó a criticar abiertamente su liderazgo y, en última instancia, al voto de apoyo decepcionante en la revisión.