Brooklyn se ha convertido en el epicentro de una compleja situación social, ya que familias migrantes comenzaron a desalojar un hotel en el centro de Manhattan como parte del plan del alcalde Eric Adams para aliviar la presión en el saturado sistema de albergues de la ciudad de Nueva York. Este plan, establecido en octubre pasado, impone un límite de 60 días de estancia en los albergues para las familias migrantes sin hogar.
El martes, aproximadamente 40 familias abandonaron el hotel Row NYC, ubicado en el distrito de teatros de la ciudad, siendo los primeros de varios migrantes que se espera que dejen los albergues en las próximas semanas. Algunas de estas familias presentaron de inmediato nuevas solicitudes para un lugar donde dormir, mientras que otras afirmaron haber encontrado alojamiento más estable fuera del sistema de acogida.
Eric Adams, alcalde demócrata, ha destacado la necesidad de estas restricciones para aliviar un sistema de acogida abrumado por solicitantes de asilo que cruzan la frontera sur de Estados Unidos.
“Está no será una ciudad en la que pondremos a los niños y a las familias en la calle y hacer que duerman en la calle”, destacó Adams.
Sin embargo, las medidas han generado preocupación entre los defensores de los migrantes, quienes han organizado marchas en protesta. Advierten que estas restricciones podrían obligar a las familias a hacer largas filas en condiciones climáticas adversas para conseguir un nuevo refugio, similar a la situación que enfrentaron los migrantes solos el año pasado.
Ante las críticas, Adams y otros funcionarios de la ciudad afirmaron el lunes que darán prioridad a las familias y buscarán ubicarlas cerca de las escuelas de sus hijos para minimizar el impacto en su educación. A pesar de esto, se han enviado alrededor de 4.800 notificaciones de desalojo a familias migrantes en centros de acogida.
La situación ha llevado al contralor municipal Brad Lander a anunciar una investigación sobre la aplicación de la política de 60 días, incluyendo la claridad en la comunicación a las familias y los posibles costos asociados. Mientras tanto, en medio de los desalojos, las autoridades también evacuaron temporalmente a cerca de 2.000 migrantes alojados en Floyd Bennett Field, un antiguo aeropuerto de Brooklyn, como medida proactiva ante la previsión de una tormenta.
La reubicación de los residentes, muchas de las cuales son familias con hijos, se llevó a cabo en la escuela secundaria James Madison en Brooklyn. Aunque Kayla Mamelak, portavoz de Adams, aseguró que la reubicación continuará hasta que las condiciones meteorológicas adversas se estabilicen, la incertidumbre persiste en torno a la situación de estas familias y las posibles consecuencias para la educación de sus hijos.
Redacción de: Karen Rodríguez A.