La Fuerza Aérea de Estados Unidos está apostando por una flota de más de 1.000 drones operados de forma autónoma como parte fundamental de su estrategia de guerra aérea futura. El secretario de la Fuerza Aérea, Frank Kendall, anunció que planea subirse a un avión de guerra operado por inteligencia artificial a finales de esta primavera para observar cómo funciona la tecnología autónoma en acción.
El vuelo de prueba se realizará en un F-16 convertido para vuelos con drones, y Kendall estará acompañado por un piloto que simplemente observará el desempeño del avión controlado por IA en el aire. La visión es que estos drones puedan ser controlados por aviones tripulados, permitiendo así una mayor capacidad de combate colaborativo.
La guerra con drones se ha convertido en una de las principales formas de combate, con drones utilizados tanto para ataques como para recopilación de inteligencia en conflictos en todo el mundo. La Fuerza Aérea está diseñando su flota de drones con miras a un futuro conflicto, especialmente en un escenario potencial con China, donde la capacidad para violar defensas aéreas sofisticadas es crucial.
China ha modernizado rápidamente sus capacidades anti-acceso a medida que los sistemas de defensa aérea más sofisticados hacen que sea arriesgado enviar tripulaciones tripuladas demasiado cerca. Los aviones no tripulados podrían aumentar la capacidad del servicio para violar esas defensas, y se prevé que brinden apoyo en una variedad de misiones futuras, como vigilancia o interferencia.
Los drones son una amenaza diaria en Ucrania y Oriente Medio. En Ucrania, los ciudadanos comunes y corrientes son el objetivo de los drones rusos, pero también los ensamblan para recopilar vídeos de las posiciones rusas. En Medio Oriente, los hutíes y los grupos militantes respaldados por Irán han empleado regularmente sofisticados drones aéreos, marítimos y submarinos para atacar bases y barcos comerciales estadounidenses en el Mar Rojo.
El desarrollo del sistema aéreo del futuro
El presupuesto de la Fuerza Aérea para 2025 incluye una solicitud de 559 millones de dólares para continuar la investigación y desarrollo del sistema aéreo colaborativo de combate. Se espera que esta flota de drones sea más económica que desarrollar nuevos aviones tripulados, con un objetivo de costar entre un cuarto y un tercio de lo que cuesta un caza F-35 actualmente.
El enfoque en drones autónomos y colaborativos marca un cambio significativo en la estrategia de la Fuerza Aérea, con la tecnología de inteligencia artificial desempeñando un papel cada vez más importante en el futuro de la guerra aérea.
Redacción de: Karen Rodríguez A.