El presidente francés, Emmanuel Macron, ha designado a Michel Barnier, exnegociador de la Unión Europea para el Brexit, como nuevo primer ministro de Francia. El nombramiento pone fin a más de 50 días de gobierno interino y semanas de incertidumbre política tras las elecciones parlamentarias que dejaron un Parlamento fragmentado y sin mayorías claras.
El Palacio del Elíseo declaró que Barnier, de 73 años, ha sido elegido para “formar un Gobierno unificador que sirva al país y al pueblo francés”. Este proceso se produjo tras un ciclo de consultas sin precedentes que Macron lideró para asegurar la estabilidad del futuro gobierno. Las dificultades para forjar acuerdos entre los bloques políticos de izquierda, centro y ultraderecha en la Asamblea Nacional retrasaron la designación del nuevo primer ministro.
Michel Barnier es un veterano político con más de 40 años de experiencia en la política francesa y europea. Ha ocupado múltiples cargos, incluyendo ministro de Asuntos Exteriores y Agricultura en Francia, y fue comisario europeo en dos ocasiones. A nivel internacional, es mejor conocido por haber sido el negociador jefe de la Unión Europea durante las complejas y tensas conversaciones con el Reino Unido sobre el Brexit, lo que le ha otorgado una reputación de negociador duro y pragmático.
Reacciones mixtas de la clase política
El nombramiento de Barnier ha generado diversas reacciones en la política francesa. Jean-Luc Mélenchon, líder de la coalición izquierdista, criticó duramente la decisión, afirmando que el nombramiento no refleja el resultado electoral y que Barnier no contará con el respaldo mayoritario en la Asamblea Nacional. Mélenchon acusó al gobierno de ignorar la voluntad popular y consideró que la nominación de Barnier era una señal de que el gobierno estaba desconectado del electorado.
Por otro lado, la ultraderechista Agrupación Nacional, el tercer bloque más grande del Parlamento, ha indicado que podría estar dispuesta a trabajar con Barnier, aunque también ha expresado escepticismo. Laurent Jacobelli, portavoz del partido, dijo en una entrevista que el nombramiento de Barnier era “revivir a las viejas figuras de la política que han gobernado Francia durante décadas”. Sin embargo, el partido no ha descartado colaborar con el nuevo primer ministro si las circunstancias lo permiten.
La primera tarea de Barnier será formar un gobierno que pueda navegar por el complejo panorama político de Francia, mientras enfrenta retos internos como la inflación, la crisis energética y las tensiones sociales que han ido en aumento tras las elecciones. A nivel internacional, Francia también está bajo presión para desempeñar un papel más activo en asuntos globales, incluyendo la crisis en Ucrania y las tensiones dentro de la Unión Europea.
Redacción de: Karen Rodríguez A.