El pasado domingo, los salvadoreños participaron en elecciones presidenciales y legislativas, expresando una disposición a renunciar a ciertos elementos democráticos para combatir la violencia de las pandillas. A pesar de las restricciones constitucionales a la reelección, Nayib Bukele, con índices de aprobación en alza y prácticamente sin competencia, se encamina hacia un segundo mandato de cinco años como presidente.
Qué dice la Constitución
La constitución salvadoreña prohíbe la reelección, sin embargo, alrededor del 80% de los votantes respalda a Bukele, según una encuesta de enero de la Universidad de Centroamérica. Esto, a pesar de medidas tomadas durante su primer mandato que, según abogados y críticos, socavan los controles y equilibrios del país. Tras la victoria de su partido en las elecciones legislativas de 2021, el congreso purgó el tribunal constitucional y dictaminó que Bukele podía postularse nuevamente.
A pesar de preocupaciones sobre medidas antidemocráticas, votantes como José Dionisio Serrano, de 60 años, expresan su apoyo a Bukele, destacando la transformación positiva en la seguridad del país. Por su parte, la empresaria Marleny Mena, de 55 años, destaca que, a pesar de las preocupaciones sobre el poder concentrado de Bukele, la reducción de la violencia ha mejorado significativamente la calidad de vida.
La administración de Bukele ha llevado a cabo una represión de pandillas, arrestando a más de 76.000 personas desde marzo de 2022. Aunque ha sido criticada por la falta de debido proceso, muchos salvadoreños han recuperado sus vecindarios del control de las pandillas.
La popularidad de Bukele
Con los partidos tradicionales en declive, Bukele y su partido, Nuevas Ideas, se presentan como una opción fuerte. Aunque críticos advierten sobre el riesgo de un poder absoluto, la popularidad sostenida del presidente refleja una desconexión entre el pueblo y los partidos políticos tradicionales.
Bukele, autodenominado “el dictador más genial del mundo”, ha ganado fama por su represión de pandillas, siendo un caso de estudio global del aumento del autoritarismo. A pesar de críticas de abusos a los derechos humanos, su liderazgo ha entusiasmado a jóvenes votantes que anhelan un cambio tras años de corrupción y negligencia.
El resultado electoral previsible podría consolidar el dominio de Bukele sobre los tres poderes del Estado, generando preocupaciones sobre la salud democrática de El Salvador. La jornada electoral transcurrió sin incidentes significativos, y se espera que los resultados confirmen la victoria del presidente en una elección que podría marcar un cambio hacia un sistema político de partido único.
Redacción de: Karen Rodríguez A.