Este miércoles en la ciudad de Medellín, el presidente Gustavo Petro lideró la ceremonia de acto de perdón por parte del Estado a las víctimas de las masacres de El Aro y La Granja, donde enfatizó, de manera directa, que las personas que murieron no eran enemigos de nadie, al recalcar que eran personas humildes.
Seguidamente, el mandatario colombiano hizo una denuncia sobre los lamentables sucesos que enlutaron las familias en esas regiones del país, señalando que “funcionarios públicos, pagados con los impuestos pagados por la sociedad colombiana, ordenaron matar”.
“En nombre del Estado colombiano les pido a las víctimas perdón; el Estado colombiano reconoce que los muertos no eran enemigos de nadie, era gente humilde y trabajadora, que los mataron porque sí, por designio del poder, y que en sus muertes en La Granja y en El Aro estuvo el Estado presente y fue cómplice del asesinato”, expresó vehemente Petro, en el evento en el que asistieron los familiares de las víctimas de las masacres.
Conforme con información de las autoridades, las masacres sucedieron en los corregimientos de El Aro y La Granja, en el municipio de Ituango (Antioquia), en los años 1996 y 1997, respectivamente, por parte de grupos paramilitares.
“A pesar de esa demora, el Estado colombiano hoy cumple, y espero que cumpla todas las sentencias de la CIDH sin excepción… y haré todo lo posible para que, como representante, hoy, del Estado colombiano, para que las acciones de reparación, de justicia, de verdad se encaminen al gran propósito de la paz y de la reconciliación de toda la sociedad colombiana”, indicó Petro.