El 12 de junio de cada año se celebra el Día Mundial contra el Trabajo Infantil en un intento por llamar a la reflexión y a la acción sobre un flagelo presente en pleno siglo XXI y que se constata en mayor o menor escala en todos los rincones del planeta.
Cuando el año 2002, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), propuso esta celebración, tenía como meta concentrar la atención en la magnitud global del trabajo infantil y en las medidas para erradicarlo.
Por la propuesta, todos deberían involucrarse en esta lucha y trabajar de manera conjunta con los gobiernos, representantes de la sociedad civil, organizaciones de empleadores y de trabajadores, así como los medios de comunicación.
Instituciones que se esfuerzan para poner fin al trabajo infantil, reconocen que en las últimas dos décadas hubo avances importantes, pero creen que se podrían obtener mejores resultados si hubiera un compromiso mayor por parte de todos.
Actualmente, aproximadamente 160 millones de niños se encuentran en situación de trabajo infantil, muchos de ellos de muy corta edad. Con la llegada del COVID-19, las cosas empeoraron todavía más, para los infantes obligados a trabajar.
El drama del trabajo infantil, no escoge regiones en especial. Según la OIT, de los niños que viven esta condición, el 56 por ciento vive en países de ingresos medios y aproximadamente 2 millones de ellos, viven en países de altos ingresos.
Entre las causas que originan el trabajo infantil destacan, la situación de pobreza, que impide a las familias comprar alimentos; los niños solos, que tienen que buscar un trabajo para sobrevivir; la falta de acceso a la educación y el tráfico de niños.
El Día Mundial contra el Trabajo Infantil, escoge cada año un tema sobre el que se concentran las acciones. Este 2022, el tema principal es: “Protección social universal para poner fin al trabajo infantil”, la idea es que se invierta más en los sistemas de protección social, para conseguir eliminar de una vez por todas, este flagelo.
Redacción de: J.Bendezu, LJI Reporter
