La noche del miércoles, Cuba informó que el país está generando suficiente electricidad para cubrir tan solo una sexta parte de la demanda máxima, horas después de que su red nacional colapsara dejando a millones de personas sin electricidad.
La Unión Eléctrica Nacional (UNE) informó que la producción actual es insuficiente frente a la demanda típica, que oscila entre 3.000 y 3.200 megavatios en horas pico. Aunque algunos sectores de La Habana recuperaron el suministro eléctrico, más de la mitad de la población continúa a oscuras, mientras las autoridades trabajan para priorizar hospitales y sistemas de bombeo de agua.
La crisis energética, que lleva meses afectando a la isla, se agudizó este año debido a una combinación de factores: escasez de combustible, desastres naturales y una economía en declive. La disminución de las importaciones de petróleo desde Venezuela, Rusia y México ha puesto una presión crítica sobre las anticuadas plantas de energía de Cuba, muchas de las cuales operan a niveles mínimos o se encuentran fuera de servicio.
El apagón masivo se produjo tras una falla en la planta generadora Antonio Guiteras. La planta dejó de operar alrededor de las 2 a.m. del miércoles, sumándose a varias otras instalaciones fuera de línea por mantenimiento. Esto resultó en el colapso total de la red.
El ministro de Energía calificó la situación como “una emergencia nacional”. En respuesta, el gobierno ordenó el cierre de escuelas y servicios no esenciales, mientras instó a las empresas estatales y privadas a aumentar la generación propia de electricidad mediante fuentes renovables.
Impacto social y protestas
La situación ha generado frustración y caos entre los ciudadanos, quienes enfrentan además una grave escasez de alimentos, agua y medicinas. Danielis Mora, trabajador de un hotel en La Habana, expresó su descontento: “Sin electricidad, ni siquiera se puede cocinar. En mi barrio tampoco hay gas; estamos recurriendo a leña o carbón para preparar la comida”. En los últimos meses, se han registrado protestas esporádicas en diferentes puntos del país por los apagones recurrentes y la falta de servicios básicos.
El gobierno cubano ha atribuido esta crisis energética a las sanciones estadounidenses, que dificultan las transacciones financieras y la adquisición de combustible. Sin embargo, también ha tomado medidas internas para mitigar el impacto. La semana pasada, se emitió un decreto que obliga a las empresas a reducir el uso de equipos como aires acondicionados y a generar electricidad mediante energías renovables.
Redacción de: Karen Rodríguez A.