Bolivia atraviesa una situación crítica debido a la intensificación de bloqueos de carreteras y el desabastecimiento de combustibles, como resultado de una pugna interna entre el presidente Luis Arce y el exmandatario Evo Morales, quien enfrenta procesos judiciales. Los seguidores de Morales, que mantienen varias rutas cortadas en rechazo a su posible detención, han agravado el clima de conflicto político y social en el país, generando importantes pérdidas económicas y una creciente inflación.
Desde hace más de una semana, cientos de seguidores de Morales han bloqueado las principales carreteras de Bolivia, especialmente en la región de Cochabamba, con el objetivo de impedir que el exmandatario comparezca ante la justicia. Morales está siendo investigado por un caso de presunta trata y tráfico de personas, relacionado con una supuesta relación con una menor de edad en 2016. A pesar de las acusaciones, Morales ha denunciado que se trata de una persecución política orquestada por Arce para sacarlo de la carrera presidencial de 2025.
Los bloqueos han interrumpido la circulación de 570 cisternas que transportan combustible, lo que ha generado una grave escasez de gasolina y diésel en el país. El viceministro de Industrialización de Combustibles, Adam Hurtado, informó que el 90% de la distribución de combustibles en Bolivia depende de estas cisternas, lo que ha paralizado gran parte del transporte público y privado.
La falta de combustibles ha llevado al gobierno a acortar la jornada laboral entre lunes y miércoles, con un horario continuo sin pausa al mediodía, para minimizar el impacto de la reducción del transporte. En las principales ciudades, como La Paz y Cochabamba, se observan largas filas en las gasolineras y las protestas por el encarecimiento de productos básicos, como la carne, continúan creciendo.
Impacto económico y social
El desabastecimiento de carburantes se suma a una crisis económica más amplia, marcada por la inflación y el aumento del costo de vida. El sector del transporte ha reportado pérdidas superiores a los 8,6 millones de dólares hasta el viernes pasado, y las protestas de los sectores productivos, como los carniceros, que han cerrado sus centros de abastecimiento, empeoran la situación.
La inflación en Bolivia alcanzó el 5,53% entre enero y septiembre de 2024, la cifra más alta en una década, según el Instituto Nacional de Estadística. El gobierno atribuye la inflación a la caída en la producción de hidrocarburos y a las dificultades para importar combustibles, exacerbadas por la falta de divisas y el encarecimiento de los productos en el mercado global. Sin embargo, la oposición sostiene que la crisis energética y económica también está alimentada por la disputa interna dentro del partido oficialista Movimiento al Socialismo (MAS).
Disputa entre Morales y Arce
La creciente tensión entre el presidente Luis Arce y su predecesor Evo Morales ha generado una fractura dentro del MAS, el partido que ha dominado la política boliviana durante casi dos décadas. Mientras Morales acusa a Arce de utilizar el poder judicial para eliminarlo como posible contendiente en las elecciones de 2025, el presidente Arce ha criticado abiertamente a Morales por priorizar sus intereses personales sobre los del país.
Este conflicto ha debilitado la hegemonía del MAS, que ahora se encuentra dividido entre las facciones leales a Morales y las que respaldan a Arce. Analistas y opositores coinciden en que esta pugna interna ha agravado los problemas estructurales de la economía boliviana, que ya enfrentaba dificultades por la reducción en la producción de hidrocarburos y la creciente dependencia de las importaciones de combustibles.
La prolongación de los bloqueos y el deterioro de las condiciones económicas han creado un escenario de alta incertidumbre en Bolivia. Los enfrentamientos entre civiles y policías en algunas rutas bloqueadas han generado tensión social, mientras que la posibilidad de nuevas protestas por el aumento del costo de vida preocupa a los sectores más vulnerables.
A medida que las tensiones entre Arce y Morales se profundizan, el gobierno se enfrenta a un creciente descontento social, una economía en crisis y una fractura política que amenaza con afectar las elecciones de 2025.
Redacción de: Karen Rodríguez A.