En las últimas elecciones para la presidencia de Corea del Sur, el candidato oficialista
Lee Jae Myung, perteneciente al Partido Democrático de Corea (DPK), fue derrotado
por poco más de 250 mil votos por el ex fiscal conservador y líder del Partido Popular
(PPP) Yoon Suk-yeol. El candidato derrotado Myung, reconoció la victoria de Suk-
yeol y le deseó una buena administración a su rival.
Corea del Sur, es la cuarta economía asiática, y la primera responsabilidad del nuevo
mandatario será intentar controlar los altos costos de las viviendas, también
prometió en su campaña intensificar sus relaciones con Estados Unidos para actuar
en conjunto en su conturbada relación con su vecina Corea del Norte. Asimismo,
deberá enfrentar una aguda y creciente desigualdad social.
La popularidad del ex fiscal, que a la postre lo llevó a la victoria, fue justamente su
actuación en contra de uno de los males que más aqueja Corea del Sur hoy en día,
que es la corrupción. Tuvo el coraje de llevar al banquillo de los acusados a
personajes poderosos de la política surcoreana como los expresidentes Park Geun
Hyey Lee Myung Bak. Ambos acusados de malos manejos.
Ese giro a la derecha en la política de Corea del Sur, se veía venir, el presidente
electo supo aprovecharse de la ola conservadora y del creciente movimiento
antifeminista, fue apoyado básicamente por hombres mayores contrarios a políticas
de igualdad de género. De hecho, no supo ganarse el voto de los jóvenes ni de las
mujeres, quienes lo han criticado por su oposición al feminismo y a los derechos de
los trabajadores.
Redacción de: J.Bendezu, LJI Reporter